La Comisión Europea ha dado a conocer esta semana un informe sobre los controles aduaneros de la conformidad de los productos en las fronteras exteriores de la Unión en el que se incide la necesidad de mejorar los controles aduaneros y la cooperación, en particular para hacer frente al rápido crecimiento del comercio electrónico.
El colegio europeo de comisarios ha constatado que los productos importados, incluidos los adquiridos on-line, no siempre cumplen las normas de la Unión Europea en materia de seguridad, protección o medio ambiente, lo que, según su criterio, genera riesgos para los ciudadanos y las empresas de la UE.
De manera particular, el informe señala que los controles aduaneros sobre la conformidad de los productos aumentan cada año y más productos han sido detenidos por las aduanas y, en última instancia, se les ha denegado la entrada en el mercado de la UE porque no cumplen las normas de la UE o se consideran peligrosos.
Con más detalle, según el documento, en toda la Unión, las aduanas denegaron una media de trece artículos por millón de productos despachados en 2024 debido a incumplimientos o riesgos graves. Sin embargo, durante este período, la expansión de las importaciones impulsadas por el comercio electrónico superó el ritmo al que se aplicaron las medidas de control. Además, la eficacia y la calidad de los controles existentes requieren mejoras para hacer frente a los retos emergentes.
Así pues, el informe apunta que, aunque los controles aduaneros siguen desempeñando un papel crucial, una mejor cooperación entre las autoridades aduaneras y de vigilancia del mercado es fundamental para evitar que los productos no conformes o peligrosos entren en el mercado único de la Unión Europea.
Así mismo, se estima que la digitalización también desempeña un papel clave a la hora de llevar los controles aduaneros al siguiente nivel. La Comisión ya ha contribuido a digitalizar la comunicación entre las autoridades aduaneras y de vigilancia del mercado, y se considera que la reforma aduanera que se está negociando actualmente entre el Consejo y el Parlamento Europeo contribuirá significativamente a mejorar los controles aduaneros y la gestión de riesgos.
La Comisión defiende que, al aplicar normas uniformes sobre los productos, independientemente de su origen, la Unión Europea crea unas condiciones de competencia equitativas en las que todas las empresas deben adherirse a las mismas normas, promoviendo la competencia leal.
