En los dos últimos años, los envíos de paquetería desde China a otros países han crecido con fuerza impulsados por el auge de los operadores de bajo coste en el mercado global de comercio electrónico.
Según datos de la última 'IPC Cross-Border E-Commerce Shopper Survey', la cuota del país en las ventas globales del canal on-line ha crecido en siete puntos porcentuales en 2023 y en otros tres enteros el pasado 2024.
Al mismo tiempo, Alemania ha visto cómo su cuota de exportaciones de comercio electrónico ha caído en dos puntos. Similar tendencia se ha vivido en el Reino Unido, con un descenso de un entero el año pasado, mientras que Francia se ha mantenido.
Temu se ha colocado como el segundo operador de comercio electrónico del planeta a escasa distancia de Amazon con una estrategia centrada en los envíos de productos de escaso valor.
Dos operadores, Temu y Shein, son los que están impulsando esta tendencia, hasta el punto de que el primero de ellos ha superado a Aliexpress como el segundo mayor del segmento a escala planetaria.
Amazon, por su parte, se mantiene al frente del comercio electrónico mundial con un 24% de cuota. Tras la norteamericana se coloca Temu, con una porción de mercado de un 21%, cuando en 2023 tenía un 7%. A su vez, Aliexpress ha pasado de tener una cuota de un 16% en 2023 a un 10% el año pasado. Shein queda con un 9%, igual que un año antes.
Estos cambios han provocado la reacción de los grandes operadores como Amazon y Alibabá, que han iniciado movimientos para dejar de perder terreno frente a los nuevos competidores y utilizar sus mismas armas, al tiempo que aportan mejoras en la optimización de las entregas, mayor velocidad y apertura a nuevos productos y servicios.
Por su parte, los nuevos operadores de bajo coste impulsan acuerdos para extender su alcance a nivel internacional a través de acuerdos con operadores postales y logísticos, al tiempo que potencian su apuesta por acercarse a los nuevos hábitos de consumo con tendencias como el quickcommerce o el social commerce, ampliando su presencia en redes sociales donde interactúan los más jóvenes.
Avalancha de envíos de bajo coste
Según los datos de la Comisión Europea, el año pasado, alrededor de 4.600 millones de envíos de escaso valor entraron en el mercado de la Unión Europea, lo que equivale a doce millones de paquetes diarios, el doble que en 2023 y el triple que en 2022. Además, muchos de estos productos incumplen la legislación europea.
En 2024, según la Comisión Europea, cerca de 4.600 millones de envíos de escaso valor entraron en la Unión Europea".
Este crecimiento exponencial está suscitando numerosas preocupaciones, especialmente por los estándares de seguridad y sus efectos sobre la competencia con los operadores comunitarios.
Por ello,las instituciones europeas trabajan en diversas medidas para contener esta avalancha.
Pese a este cambio, desde el punto de vista de los consumidores, las entregas gratuitas siguen siendo la pauta habitual, aunque cada vez más compradores del canal on-line se inclinan por abaratar los envíos, principalmente a través de entregas extradomiciliarias.
Al mismo tiempo, el retail avanza hacia un modelo omnicanal que combina lo físico y lo digital, mientras que, por su parte, las cadenas de supermercados pugnan por adaptarse a un consumidor más exigente y digital.
Todo ello refleja claramente que el comercio electrónico moldea la evolución del retail y de los hábitos de consumo en el siglo XXI, haciendo que crezca la exigencia en cuanto a plazos y condiciones de las entregas. De hecho, los consumidores exigen experiencias de compra más rápidas, personalizadas y sin interrupciones.
Profundas implicaciones logísticas
En el plano logístico, esta nueva etapa del comercio electrónico, dominada por los operadores de bajo coste, tiene importantes repercusiones, con envíos más recurrentes, con una elevada tasa de devoluciones, con envíos más pequeños, ligeros, y también de menor valor, lo que dificulta aún más la rentabilidad en un canal ya de por sí difícil en este aspecto concreto.
Al tiempo, y aunque las entregas domiciliarias siguen siendo la regla general, especialmente en España, lentamente van ganando terreno las recogidas en consignas o en redes de puntos de conveniencia, lo que permitiría dar un respiro a los costes.
