La nueva regulación de la Organización Marítima Internacional, OMI, para la disminución de los límites de azufre en los combustibles utilizados para este transporte se hará efectiva el 1 de enero de 2020. Esto obligará a todas las navieras a reducir sus emisiones de azufre en un 85%.
El objetivo de esta normativa es rebajar el impacto ambiental de la industria y mejorar significativamente la calidad del aire, un objetivo que CMA-CGM persigue desde hace ya más de 15 años.
Para lograrlo, ha decidido impulsar el uso de combustibles con menos de un 0,5% de azufre en su flota y aumentar sus inversiones en sistemas de depuración de gases, también conocidos como 'scrubbers', así como en la incorporación a su flota de portacontenedores propulsados por GNL. De hecho, hasta la fecha ha encargado nueve unidades.
Todas estas medidas representan unos costes adicionales de unos 160 dólares/TEU (136,2 euros), que deben ser tenidos en cuenta para la aplicación de los nuevos recargos por combustible a sus clientes.
En grupo, donde están convencidos de que podrán cumplir con la regulación de la OMI de cara a su entrada en vigor, afirman que estos cambios suponen un gran avance a nivel medioambiental que afectará a todos los actores de la industria marítima.