Las protestas que están llevando a cabo los agricultores y ganaderos franceses en la frontera con España están teniendo un fuerte impacto en el transporte por carretera, pues se trata de la principal puerta de entrada de los productos nacionales al resto de Europa. Más de 20.000 camiones cruzan cada día en ambas direcciones, con volúmenes especialmente destacados, según Eurostat, desde España hacia Francia, Portugal, Alemania, Italia, Países Bajos y Polonia.
Por ello, la Asociación de Cargadores de España y la Asociación del Transporte Internacional por Carretera exigen a los Gobiernos de España y Francia una intervención inmediata para acabar con los bloqueos que se están produciendo desde ayer en la frontera vasca. "El corte de ejes vitales como la A-63 en la frontera de Biriatou y las consiguientes restricciones de circulación en las vías del País Vasco están generando la paralización de la cadena de suministro", ha subrayado Nuria Lacaci, secretaria general de ACE.
Estos bloqueos no solo afectan de forma directa al transporte internacional y a la seguridad de los conductores profesionales, sino que también generan pérdidas económicas muy significativas para las empresas españolas, favorecen el deterioro de los productos perecederos y dañan gravemente la confianza en las cadenas de suministro.
«No podemos permitir que el transporte internacional, un sector clave para la economía española y europea, siga siendo víctima de conflictos internos franceses. Tampoco es aceptable que los conductores profesionales sufran riesgos físicos y vean limitada su libertad de movimiento mientras desempeñan su trabajo», denuncia Marcos Basante, presidente de Astic.
Basante critica también que el País Vasco haya prohibido la circulación de vehículos pesados transfronterizos de más de 7,5 toneladas por las vías públicas de la región hasta que el Gobierno francés anuncie la vuelta a la normalidad: "Una vez más, las autoridades francesas y españolas están fallando en su obligación de garantizar el derecho a la libre circulación·.
En esta línea, explica que en lugar de mantener abiertas las rutas internacionales, "la Ertzaintza se ha situado en peajes como el de Iurreta para preguntar a los conductores hacia dónde se dirigen. A quienes se encaminan a Francia, los agentes les recomiendan no continuar, desviarse a áreas de descanso o detenerse antes de llegar a la frontera para no agravar las colas".
A la vista de esta situación, ambas asociaciones reclaman que las autoridades francesas desbloqueen las carreteras y garanticen el tránsito normalizado de mercancías, así como la seguridad de los conductores y vehículos. También piden la intervención del Gobierno español y de las instituciones europeas para defender los intereses de las empresas españolas y exigir a Francia el cumplimiento de las normativas europeas.
Finalmente, exigen medidas contundentes y preventivas para controlar que este tipo de acciones, que definen como "ilegales", no vuelvan a repetirse en un futuro.