La inclusión de una laguna jurídica sobre los biocombustibles en la normativa de la Unión Europea sobre automóviles para 2035 podría provocar un aumento de la demanda de biocombustibles a partir de materias primas residuales, como pueden ser grasas animales, aceite de cocina usado y subproductos del aceite de palma, según un análisis de Transport & Environment.
La UE, explican, está siendo presionada por las industrias de combustibles fósiles y automóviles para que permita la venta de nuevos motores de combustión que funcionen con biocombustibles después de la fecha límite de 2035 para la venta de estos vehículos. Esta flexibilización, que también cuenta con el apoyo del Gobierno italiano, haría que los coches consumieran las limitadas reservas de biocombustibles sostenibles y avanzados posibles, reduciendo su disponibilidad para sectores difíciles de descarbonizar.
Además, esta demanda adicional podría llevar a que los automóviles, aviones y barcos consumieran entre dos y nueve veces más biocombustibles avanzados de los que se pueden obtener de forma sostenible en el futuro. En el escenario más optimista, solo los aviones y los barcos necesitarán aproximadamente el doble de la cantidad de biocombustibles avanzados que se pueden obtener de forma sostenible en Europa en 2050.
Por otro lado, desde T&E, aseguran que los biocombustibles avanzados, como los derivados de residuos, no son escalables. Así, indican que Europa ya importa más del 80% de su aceite de cocina usado de lugares como China y Malasia, y en la actualidad, los automóviles europeos ya utilizan 1,3 millones de toneladas de grasas animales al año, lo que equivale a 200 millones de cerdos sacrificados.
Por tanto, entienden que la brecha entre la demanda y la disponibilidad de biocombustibles de origen sostenible también aumentará la dependencia de Europa de las importaciones. Actualmente, el 60% de los biocombustibles de Europa, incluidos los derivados de cultivos y los avanzados, se importan de terceros países, pero con la demanda adicional de automóviles generada por una laguna jurídica, esta cifra podría aumentar hasta el 90% en 2050.
Igualmente, la mayor dependencia de las importaciones de biocombustibles también aumentaría el riesgo de fraude, pues investigaciones previas realizadas por T&E ya han revelado discrepancias alarmantes en las importaciones de biocombustibles usados a Europa, que importa tres veces más aceite de cocina usado de Malasia del que se puede recoger en el país, y más efluentes de molinos de aceite de palma de los que se pueden recoger en todo el mundo.
