El Gobierno estadounidense ha anunciado esta misma semana la introducción de nuevos aranceles del 25% para la importación de productos procedentes de Canadá y México.
Sin embargo, en este último caso, el presidente Trump ha decidido demorar la llegada de estas tasas un mes tras conversaciones con la presidenta mexicana Sheinbaum. A su vez, Canadá ha respondido con una medida similar para la importación de productos procedentes de los Estados Unidos.
La situación ha levantado una gran preocpación en el transporte de mercancías por carretera de los tres países, modo que juega un papel esencial en las relaciones comerciales entre las naciones norteamericanas. Concretamente, según la IRU, un 66,5% del valor de las mercancías que se mueven entre Canadá y los Estados Unidos se transporta por carretera. Así mismo, en el caso de México este porcentaje se incrementa hasta el 84,5%.
Asociaciones de transportistas canadienses, estadounidenses y mexicanos han alertado de que estos nuevos aranceles incrementarán los costes del comercio exterior en esta zona y de que, al mismo tiempo, reducirán los volúmenes de mercancías que se importan y exportan en América del norte.
Así mismo, entidades de los tres países insisten en que las tarifas afectarán a la competitividad de las cadenas de suministro, supondrán incrementos de los precios finales y dañarán a empresas en todos ellos.
En el transporte de mercancías por carretera de los Estados Unidos en particular, se estima que el arancel del 25% para productos mexicanos incrementará el precio de cada tractora en 35.000 dólares adicionales, equivalentes a casi 34.000 euros al cambio.
