La marejada que sufre el comercio internacional de unos años a esta parte tiene múltiples efectos que se van encadenando en diferentes sectores de actividad.
De manera particular, para las navieras esta situación de inestabilidad grave instalada desde hace años les impide cumplir los horarios fijados en sus principales rutas para escalas y tránsitos.
La situación es tan grave que, según un reciente análisis de Sea Intelligence, se está alcanzando el nivel que se registraba durante la pandemia. De hecho, la consultora calcula que la frecuencia semanal en que las rutas se ha visto afectada con retrasos en 2024 y 2025 se multiplicó por entre 2,5 y 3,5 en comparación con la etapa anterior a la pandemia de covid-19.
Con más detalle, los servicios entre Asia y América del norte registran una media de inestabilidad de un 56%, frente al 23% que había antes de finales de 2019.
Sin embargo, según el análisis de Sea Intelligence, esta no es una tendencia aislada, dado que se registran incrementos de los retrasos en los servicios entre Asia y Europa del Norte de 3,3 puntos, así como de 3,4 puntos en las rutas que conectan Asia con el Mediterráneo.
En términos generales, la consultora viene observando que las alteraciones de los servicios son tan frecuentes que muchos servicios semanales programados se cancelan o se retrasan para semana posteriores, lo que afecta, a su vez, aguas arriba, a la planificación de los cargadores y, consecuentemente, a toda su cadena de suministro.
