El espectacular crecimiento del comercio electrónico está llamado a revolucionar el transporte y la logística de una forma jamás imaginada, con efectos sobre la gestión de las cadenas de suministro que afectan en diferentes sentidos.
Los operadores cada vez manipulan un volumen mayor de paquetes, que el cliente quiere recibir de la manera más cómoda posible y sin esperas. Sin embargo, esta necesidad de entregar el pedido ajustándose a unos márgenes de tiempo cada vez menores choca frontalmente con las nuevas restricciones de acceso a las ciudades, e incluso con la propia sostenibilidad del modelo, tanto desde un punto de vista medioambiental como puramente económico.
Los Ayuntamientos de las grandes urbes están implantando, a marchas forzadas, numerosas medidas para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire.
Tales decisiones, no exentas de polémica en algunos casos, están llevando al sector logístico a invertir en nuevos desarrollos tecnológicos que les permitan completar las entregas en el plazo previsto, reduciendo o incluso eliminando sus emisiones a la atmósfera, optimizando de paso todo lo que les permita hacer rentables sus servicios.
[sumario]Los operadores cada vez manipulan un volumen mayor de paquetes, que el cliente quiere recibir de la manera más cómoda posible y sin esperas. [/sumario]
Bicicletas y vehículos eléctricos, robots o incluso a más largo plazo drones son algunas de las opciones a tener en cuenta a la hora de realizar la entrega al cliente final, si bien la presencia de éste cada vez es menos necesaria en el proceso.
Prueba de ello son las múltiples alternativas en las que no es preciso que comprador y repartidor coincidan, con el uso de taquillas o puntos de conveniencia, que permiten desterrar uno de los principales quebraderos de cabeza de las entregas domiciliarias como son los fallidos.
Entre los sectores que más están avanzando en la definición de una nueva logística, se encuentran la moda y la alimentación, donde ya se han implantado novedosos desarrollos para adaptarse a los requerimientos del cliente.
Es evidente que los múltiples cambios regulatorios a nivel europeo y nacional, y la preocupante contaminación que afecta ya a determinadas zonas deben combinarse de algún modo con el imparable aumento de las ventas a través del e-commerce y las exigencias de los consumidores para obtener lo que necesitan cuando y donde quieren.
De momento, la tecnología y las nuevas fórmulas de entrega son las respuestas que ha encontrado el sector logístico y del transporte ante este dilema, que se ha convertido en su principal fuente de preocupaciones, en su principal vector de cambio y en su más valiosa oportunidad de cara al futuro inmediato.
