A comienzos de los 2000, el e-commerce representaba solo una pequeña parte del total del comercio minorista, pero a día de hoy se ha consolidado como una de las principales fuerzas económicas a nivel global. La innovación tecnológica, los cambios en los hábitos de consumo y una competencia cada vez más intensa han transformado un sector en el que las empresas deben adaptarse constantemente a las nuevas tendencias y expectativas de los consumidores para seguir siendo competitivos.
Uno de los ejemplos más claros de esta transformación son los marketplaces, que se han convertido en la columna vertebral del e-commerce moderno al ofrecer una comodidad, variedad y precios sin precedentes. Plataformas como Amazon, eBay o los nuevos espacios de segunda mano han cambiado radicalmente la forma de comprar.
Actualmente, según Packlink, el 75,6% de los consumidores españoles utiliza grandes marketplaces para sus compras y más de la mitad planea aumentar su uso en 2025, mientras que el 28,2% de los consumidores prevé comprar más en plataformas como Vinted o eBay este año. Por ello, resulta relevante que las pequeñas y medianas empresas desarrollen estrategias de venta en marketplaces para llegar a nuevos públicos y potenciar su crecimiento.
Otro de los grandes motores de los últimos años ha sido el comercio social, pues las redes sociales han pasado de ser canales de interacción a convertirse en auténticos espacios de compra. En este sentido, TikTok, Instagram y Facebook ya permiten descubrir, interactuar y adquirir productos directamente desde las propias aplicaciones.
Por otro lado, desde la pandemia ha sido evidente la transformación del comportamiento del consumidor, pues un 29,4% realiza ahora más compras por Internet y visita menos tiendas. Igualmente, el 55,8% de los consumidores en España comprará más online que en tiendas físicas en los próximos meses.
En este sentido, es importante apuntar que los consumidores más jóvenes valoran las recomendaciones de creadores de contenido por encima de la publicidad tradicional. En cuanto a las expectativas, la rapidez, la flexibilidad y los precios competitivos en los envíos se han convertido en factores decisivos a la hora de adquirir un producto.
Casi el 50% de los compradores españoles reconoce que sus exigencias en las compras online han aumentado, y más del 60% cambiaría de marca si un competidor ofreciera opciones de entrega más cómodas. Además, el 68,2% de los consumidores muestra preocupación por el incremento de las tarifas de envío y devolución, mientras que más de la mitad prioriza marcas que apoyan iniciativas sostenibles, negocios locales o productos de segunda mano.
El futuro, sostienen en Packlink, pertenecerá a los minoristas que prioricen la velocidad, la comodidad, la personalización y la sostenibilidad. En conclusión, la adaptabilidad será la clave para encabezar la transformación digital del comercio online en los próximos 25 años.
