La Asociación de Armadores Europeos, Ecsa, ha acogido con gran satisfacción el reconocimiento del transporte marítimo como uno de los cinco sectores prioritarios del Pacto Industrial Limpio, dado que es una piedra angular de la seguridad energética y de la cadena de suministro de Europa y está en primera línea de la transición energética.
Garantizar la inversión en la producción, distribución y adopción de combustibles marítimos sostenibles en el marco del próximo Plan de Inversiones para el Transporte Sostenible es crucial para alcanzar los objetivos de descarbonización del sector y proteger su competitividad del transporte marítimo europeo.
Para ello, para Ecsa resulta clave poner en práctica el compromiso de la Comisión Europea y reducir las responsabilidades en materia de presentación de información en al menos un 25% para todas las empresas y en un 35% como mínimo para las pymes, que son la columna vertebral de la industria naviera europea.
En este sentido, el primer paquete ómnibus para la simplificación es un buen paso adelante. La revisión de la taxonomía también debería adecuar los criterios de sostenibilidad al sector del transporte marítimo.
Los próximos paquetes de simplificación también deberían tener en cuenta los progresos realizados y la aplicación de la Estrategia de la OMI sobre gases de efecto invernadero, con el objetivo de alinear la legislación de la UE y garantizar la igualdad de condiciones a escala internacional.
El lanzamiento de un nuevo mecanismo del Banco Europeo del Hidrógeno para reducir el riesgo de las inversiones en combustibles para el transporte marítimo es también un avance positivo que permitirá aprovechar los ingresos del esquema europeo de comercio de derechos de emisión para reforzar la capacidad industrial en Europa y salvar la diferencia de precios entre los combustibles convencionales y los limpios, que pueden ser hasta cinco veces más caros.
En este sentido, desde la Asociación creen que es el momento de realizar las inversiones necesarias en tecnologías y combustibles limpios, lo que permitirá mantener la competitividad internacional de la industria del transporte marítimo y mejorar la seguridad del continente.
En su opinión, los Estados miembros de la UE deben utilizar los 9.000 millones de los ingresos del esquema ETS para apoyar la producción de combustibles limpios, además de reducir la burocracia y garantizar la igualdad de condiciones a escala internacional.
