Las navieras deberían controlar sus costes y no transferir al cargador el aumento del precio del combustible

Los nuevos recargos de emergencia impuestos por los operadores solamente afectarán realmente a los cargadores de mediano y pequeño tamaño que no cuentan con exenciones adicionales en sus contratos.

04/06/2018 a las 18:10 h

La imposición de recargos por parte de las navieras debido al aumento de los costes del combustible ha sido recibida con gran sorpresa por parte de los cargadores, que acusan a las líneas marítimas de estar jugando sucio y ven estos recargos como un legado de la era del cártel en el sector.

El último informe de la consultora Drewry recoge las opiniones del Foro Mundial de Cargadores, que insisten en que los operadores necesitan asumir su responsabilidad y tomar el control de sus costes, en lugar de plantear este incremento para los clientes con tan poco margen.

Desde luego, es preciso un mejor sistema de precios, pero para la consultora, resulta desesperante que la situación haya llegado a este extremo y se pregunta dónde estaban las llamadas a la transparencia cuando los precios del combustible eran bajos.

No hay duda de que el aumento que se ha registrado desde principios de 2018, que ronda el 20%, está afectando a las navieras. La combinación de las tasas bajas con los costes más elevados ha sido muy tóxica para los operadores, muchos de los cuales han declarado pérdidas en el primer trimestre y esperan resultados todavía peores para el segundo.

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Los tres más grandes del mundo, Maersk, MSC y CMA CGM, que controlan el 45% de la flota de portacontenedores, han empezado a aplicar recargos, y otros operadores han seguido la misma línea, dado que todos se han visto afectados por el incremento de los precios.

En cualquier caso, como señalan desde Drewry, las navieras no deberían alegar problemas económicos para la aplicación de estas medidas, dado que después de 50 años haciendo negocios, ya deberían tener un sistema con el que enfrentarse al aumento de los costes externos sin tener que traspasarlo a los clientes.

Además, no entienden por qué no se han aplicado los mecanismos de ajuste BAF en función del precio del combustible cuando los precios eran mucho más elevados de lo que lo son hoy en día. En este sentido, no habría necesidad de incrementarlos de este modo de repente si las mismas fórmulas se hubieran estado aplicando ya.

La consultora sospecha que todo esto se debe a que durante un periodo en el que los costes del combustible eran muy bajos, las navieras no introdujeron ningún tipo de ajuste, permitiendo a los cargadores embarcar su mercancía por un precio final total.

Los cargadores de pequeño y mediano tamaño serán los afectados

Los nuevos recargos solamente afectarán realmente a los cargadores de mediano y pequeño tamaño que no cuentan con exenciones adicionales en sus contratos. De todos modos, si los precios se mantienen al alza, acercándose ya a los niveles de 2008, los operadores tendrán que empezar a considerar eliminar los privilegios de los grandes clientes.

En general, solamente recuperan entre el 50 y el 80% de los costes del combustible a través de estos ajustes, por su afición a cerrar contratos libres del mecanismo BAF con las empresas más grandes. Por mucho que apliquen recargos a los cargadores más pequeños, no lograrán compensar del todo los costes más elevados.

Los problemas de las navieras para controlar sus costes les han dejado sin defensa ante un rápido incremento del precio del combustible. Los recargos de emergencia que han impuesto ahora son un movimiento desesperado que solamente contribuirá a un equilibrio parcial de sus cuentas y alejará a sus pequeños y medianos clientes.

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