Ricardo Ochoa de Aspuru, director de Cadena de Suministro

El frigo evoluciona hacia servicios de valor añadido

Tres retos van a marcar la evolución del transporte frigorífico en los próximos meses: recuperación, digitalización y sostenibilidad.
27/09/2021 a las 21:20 h

El transporte frigorífico se ha enfrentado con éxito a la dura prueba de la pandemia. Sin embargo, la situación económica general no es todavía la que había hasta hace un par de años.

En este difícil contexto, asoman dos procesos en ciernes que ya están afectando a otros segmentos de actividad, pero que tarde o temprano también acabarán afectando al transporte de larga distancia.

El primero de ellos es la digitalización. En este sentido, los camiones se están transformando en herramientas tecnológicas de primer nivel. Este cambio requiere de una adaptación de las empresas y de los conductores, ya que se multiplican los aspectos que se han colado en su día a día, a los que tienen que prestar atención.

El segundo es la sostenibilidad. Por un lado, los clientes quieren controlar al máximo su impacto medioambiental y trasladan la presión a sus proveedores de transporte para reducir su huella de carbono. Por otro, la reducción en el consumo de combustible es uno de los objetivos principales de cualquier transportista para recortar sus costes, máxime cuando asoman a lo lejos otros nuevos, como los peajes.

Así pues, tres retos van a marcar la evolución del transporte frigorífico en los próximos meses: recuperación, digitalización y sostenibilidad, en un contexto en el que los operadores de transporte se están convirtiendo en empresas que, además de transportar mercancías, también, cada vez más, transportan datos. Datos de gran valor estratégico para el resto de la cadena, que tendrán que aprender a gestionar, lo que les va a llevar a transformarse en empresas de servicios de valor añadido.

El sector es muy heterogéneo, pero es evidente que las empresas que mejor sepan hacer frente a las demandas de sus clientes serán las que sobrevivan a un entorno marcado, además, por una acuciante escasez de conductores, un aumento de la competencia desleal y nuevos costes en forma de nuevos impuestos.

Pese a todo, el sector ha hecho bandera de su capacidad para construir desde la nada una de las flotas más competitivas y especializadas de toda Europa desde hace décadas.

Toca apretarse los machos, sujetar bien el cuchillo entre los dientes y prepararse para competir en un entorno extraordinariamente complejo e incierto, en el que el día de mañana sigue marcado por los bandazos que obliga a tomar la pandemia. ¡Y que Dios reparta suerte!, como dicen los taurinos.

 

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