El impacto del precio de la luz en los costes del almacenamiento frigorífico

El imparable aumento de los costes de la energía eléctrica desde el pasado mes de abril amenaza la rentabilidad de las instalaciones de almacenamiento a temperatura controlada.

02/11/2021 a las 10:05 h

Durante los últimos meses, los incrementos en los costes de la energía eléctrica están impactando de lleno, no solo en los hogares españoles, sino también en otros grandes consumidoresde electricidad, como las industrias o los almacenes.

Mención aparte merecen los almacenes refrigerados, en los que la electricidad es un elemento fundamental para el mantenimiento de la cadena de frío, sin la que no sería posible toda la logística a temperatura controlada.

Según Aldefe, en la primera mitad del año se han registrado importantes subidas en el coste de producción de la energía eléctrica, lo que ha supuesto un incremento del 35% en el importe total de la factura de las instalaciones frigoríficas de almacenamiento.

Además, la asociación estima que desde junio 2021 los llamados peajes han subido un 7% más respecto a la media de años anteriores.

Como consecuencia, la patronal denuncia que se están produciendo de forma gradual e imparable y suponen un mayor gasto energético para las empresas de almacenaje, cuya factura eléctrica ya representa un 40% del coste total de explotación.

De esta manera, las empresas del sector se encuentran atrapadas en un callejón sin salida, tras haber cerrado contratos con clientes a un precio determinado, mientras que más recientemente los costes se han incrementado sin posibilidad de repercutirse.

En este sentido, desaparece la capacidad que tienen de trasladar a sus clientes este brutal incremento de costes, al menos en el corto plazo, con lo que algunas empresas se han visto en serias dificultades económicas para llevar a cabo una labor que es especialmente necesaria en momentos de gran incertidumbre como los que ha dejado la pandemia.

Demanda y precios al alza

Según datos de Red Eléctrica, de enero a julio de 2021, la demanda de energía eléctrica en la península ibérica se estima en 141.979 GWh, un 4,4% más que en 2020. En este caso, una vez corregida la influencia del calendario y las temperaturas, la demanda es también un 4,4% superior a la registrada en el mismo periodo del año anterior.

Pese al crecimiento con respecto a 2020, en un período muy afectado por el impacto de la pandemia, el registro de demanda de energía eléctrica en la península ibérica presenta un descenso de un 3% con relación a la primera mitad de 2019.

En este contexto volátil, los precios de la producción de energía eléctrica parecen lanzados por los incrementos que se vienen registrando en los precios internacionales del gas, así como en los derechos de emisiones.

A juicio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en el mes de mayo, los precios de gas en Europa mantuvieron, aunque de forma más moderada, la tendencia alcista iniciada en febrero.

Las cotizaciones del gas natural aumentaron en los mercados europeos en respuesta al incremento de la demanda por unas temperaturas inusualmente bajas para esta época del año, a las bajas exportaciones de gas noruego debido a trabajos de mantenimiento, a la preocupación por el escaso nivel de los almacenamientos (al 35% de llenado), y a la interacción entre los fundamentales gasistas y los precios de los derechos de emisión de CO2.

El incremento de los precios de la energía incide fuertemente en los costes de almacenamiento.

Precisamente en este sentido, a 31 de mayo, los precios de los derechos de emisión de CO2 alcanzaron un nuevo máximo histórico. Esta escalada del precio de los derechos de CO2 estuvo impulsada por una elevada demanda, debido al creciente interés en este mercado por parte de inversores financieros, en un contexto de mercado corto y en el que el Vicepresidente de la Comisión Europea declaró que la Comisión no tiene planeado intervenir el mercado.

En idéntico sentido, un estudio de este mismo mes de agosto del Banco de España señala que entre diciembre de 2020 y junio de 2021, los precios mayoristas de la electricidad casi se duplicaron en España.

Según este organismo, una parte significativa de este aumento, alrededor del 20%, vendría explicado por el encarecimiento observado, en el mismo período, en los precios de los derechos de emisión  de CO2, cuyo efecto repercute directamente en los costes de generación de la energía eléctrica a través de tecnologías que hacen uso de combustibles fósiles.

Sin embargo, la mayor parte del incremento, aproximadamente la mitad, según la entidad, provendría del aumento de los precios del gas, materia prima empleada por las centrales de ciclo combinado.

Además, el Banco de España estima que la evolución de los precios mayoristas de la electricidad en otros mercados europeos ha sido similar a la del caso español, aunque existen diferencias sustanciales en cuanto a la traslación a los precios minoristas que explicarían que en España se alcancen precios tan elevados de la energía eléctrica frente a otros países europeos.

Así mismo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, la industria de la alimentación es la que mayor consumo eléctrico tiene de todo el sector industrial del país. En concreto, este segmento alcanzó en 2019 un consumo de electricidad total por valor de 1.829 millones de euros, que supone un 16,3% del consumo eléctrico total de la industria española de ese ejercicio.

Por otro lado, este incremento de los precios de la energía coincide con un aumento también de la demanda de electricidad en los sectores del almacenamiento y de transporte terrestre.

Con datos del pasado mes de junio, Red Eléctrica Española coloca al almacenamiento y las actividades anexas al transportecomo un sector con un peso de un 3,1% sobre el consumo total de los grandes consumidores. Este segmento presenta un crecimiento anual acumulado hasta julio de un 10,8%.

En este segmento, tras las fuertes caídas que se ha registrado durante el primer trimestre de 2021, a partirde abril el consumo eléctrico ha ido creciendo con fuerza y, además, ganando velocidad desde ese mismo mes y hasta julio.

De igual manera, el transporte terrestre también registra un incremento incluso mayor en el consumo, con un acumulado anual de un 11,7% anual.

En el transporte terrestre se registra un comportamiento similar al del almacenamiento durante los siete primeros meses de 2021, aunque en este caso, el mayor ascenso en el consumo se ha producido en el mes de abril, que se compara con el mismo mes del año pasado, especialmente afectado por la pandemia.

 

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