Stocks de seguridad y transporte: hacia nuevas cadenas de suministro

Tras varios años de acumulación de stocks y de escasez de oferta de transporte, las cadenas de suministro globales parecen dirigirse a un nuevo escenario de equilibrio en medio de un panorama que sigue dominado por fuertes incertidumbres.

27/07/2023 a las 20:00 h

Amedida que se van superando los últimos impactos que han sufrido las cadenas de suministro desde finales de 2019, parece que las cosas van recuperando la normalidad.

Sin embargo, se hace difícil pensar que todo va a volver a ser como antes, dado que todos los acontecimientos que se han ido sucediendo desde entonces han ido evidenciando nuevas necesidades que han venido para quedarse en el ámbito de la gestión logística y de transporte.

Las severas disrupciones que han sufrido las cadenas de suministro en los últimos años han hecho a muchas empresas pensar en hacerse con stocks de seguridad que les permitan contar con un margen de maniobraante crisis profundas.

Por otra parte, otra de las grandes tendencias en el transporte durante los últimos años ha sido la de muchas empresas a garantizarse capacidad de transporte en un escenario de fuerte escasez de camiones.

Esta tendencia, a su vez, también ha provocado un severo desequilibrio entre oferta y demanda que se ha traducido finalmente en fuertes incrementos de precios, tanto en el transporte por carretera, como en el marítimo y en los servicios de carga aérea.

En paralelo, el aumento de los precios de la energía en el último año también ha contribuido a disparar los preciosdel transporte.

Las relaciones entre cargadores y transportistas viven momentos de cambio.

Superado un 2022 marcado por el impacto de la invasión rusa de Ucrania, especialmente, parece que las tensiones en las cadenas de suministro van camino de normalizarse durante este 2023.

Esta situación permite que gran parte de las empresas de todo el mundo puedan aprovechar la relativa fluidez existente en el abastecimientode materias primas y componentes para reducir en la medida de lo posible sus stocks de seguridad, con el fin de conseguir un inventario más sostenible y con menor impacto financiero sobre sus cuentas.

[sumario]A las empresas les está costando deshacerse de los stocks de seguridad acumulados desde 2020 debido principalmente a la debibilidad de la demanda que provoca la inflación”.[/sumario]

Sin embargo, al mismo tiempo, el panorama internacional también apunta a una cierta recuperación de la demanda en América del norte y, especialmente, en Asia,donde China parece ir recuperando su actividad económica habitual, una vez que se ha dejado de lado la dura política de aislamientos que tenía el país para contener la pandemia.

Esta tendencia, a su vez, provoca cierta tensión creciente tanto en la demanda de bienes intermedios como de productos terminados en estos mercados que, en consecuencia, también se traslada a las cadenas de suministro.

A su vez, también se observa una tendencia a la normalización en los costes de transporte que afecta a todos los modos y, de igual manera, una gran regularidad en el abastecimiento de materiales, que se coloca en los niveles de septiembre de 2020, con cadenas más alineadas y sincronizadas.

A nivel regional, las mayores dificultades para el normal funcionamiento de las cadenas de suministro se detectan en Europa, aunque también parecen ir mejorando. A su vez, en América del norte y el Reino Unido se observa cierto exceso de capacidad de transporte.

En este sentido, parece también que las relaciones que establecen los clientes con sus proveedores de servicios logísticos una vez que se ha superado la pandemia y las tensiones que han venido agitando las cadenas de suministro de todo el mundo en los dos últimos años parecen calmarse.

Se dibujan escenarios de mayor colaboración.

Un nuevo escenario

Las empresas de la gran distribución de los Estados Unidos en diversos segmentos estarían incrementando la presión sobre sus proveedores para recortar costes y ajustar el funcionamiento de sus cadenas de suministro a un nuevo escenario.

En paralelo, la contracción que se está viviendo en la demanda como consecuencia de la espiral inflacionistaprovoca que los inventarios acumulados durante estos últimos ejercicios tarden en salir más de lo que se esperaba, con lo que se multiplican las cancelaciones de pedidos y las presiones para ajustar precios.

[sumario]La normalización de las cadenas de suministro tras varios años de sucesivas disrupciones permite a muchas empresas ir ajustando los stocks de seguridad acumulados desde el inicio de la pandemia”.[/sumario]

A la vista la situación, el diario norteamericano concluye que cada vez es más firme esta tendencia a recuperar las tradicionales relaciones entre clientes y proveedores existentes antes de la llegada de la pandemia, aunque, al mismo tiempo, con clientes más concienciadosde que deben mantener cadenas de suministro resilientes que les permitan mantener su actividad ante cualquier crisis imprevista, sobre todo dado el alto grado de incertidumbre que se mantiene.

A su vez, esta inestabilidad abre la senda de buscar un mayor grado de colaboracióncon los proveedores.

La escasez de personal se deja sentir en el sector logístico.

De momento, avanzado ya el primer cuarto de 2023, parece que los niveles de inventario van reduciéndose, pero no con la rapidez con que se espera, dado que el fuerte aumento de la inflación está provocando una contención en la demanda.

Como consecuencia, las empresas están jugando con el equilibrio entre el stock acumulado y el abastecimiento para adaptar sus stocks a la realidad actual del mercado.

Por lo que respecta al transporte, las empresas del sector parecen haber optado por aguantar las inversionesen flota.

[sumario]La pandemia ha contribuido a dar la importancia que realmente merece al papel que juega el transporte como nexo de unión imprescindible entre áreas de producción y de compra”.[/sumario]

Por un lado, desde un punto de vista profesional, el actual proceso de transformación energética ofrece más dudas que certezas. Los transportistas necesitan seguridad para invertir en nuevos vehículos y, al mismo tiempo, también necesitan contar con un suministro energético fiable y competitivo, de tal manera que puedan amortizar sus inversiones en plazos razonables y sin sobresaltos como el que ha supuesto para muchas flotas la evolución de los precios del gas natural.

A su vez, el transporte también se enfrenta a un panorama marcado por los incrementos de costes, especialmente los energéticos, así como los de personal, en un contexto de fuerte escasez de conductores profesionales, circunstancia que también limita la oferta.

Por otra parte, muchos cargadores han tomado conciencia de la importancia que tiene el transporte para el mantenimiento de su cadena de suministro. Se ha constatado que sin transportistas concienciados, eficaces y equipados no es posible el abastecimiento a puntos de producción, ni la distribución de los productos terminados a sus puntos de venta.

En definitiva, las cadenas de suministro viven un proceso de reorganización para adaptarse a un nuevo entorno más colaborativo, con nuevos equilibrios entre oferta y demanda y con mayor complejidad e incertidumbre.

 

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