En los últimos años, el transporte frigorífico español está viviendo toda una serie de importantes movimientos empresariales.
Este tendencia, lejos de ralentizarse, parece continuar con el paso de los meses. Este proceso de cambios parece resultado de dos factores.
Por un lado, existe interés entre inversores, tanto nacionales como extrenajeros, y entre las propias empresas por hacer frente a un proceso de concentración. Las fuertes inversiones que implican la digitalización y la descarbonización impulsan estos movimientos, dado el fuerte músculo inversor que requieren.
Así mismo, la propia dinámica de mercado del sector pide un incremento del tamaño de las empresas. Se compite a nivel continental y cada vez parece más claro que el transporte europeo camina decididamente hacia un marco dominado por un selecto grupo de empresas al que acompañarán otra nutrida constelación de compañías de menor tamaño.
Por otra parte, aunque pudiera parecer lo contrario, la situación del transporte frigorífico español no es tan boyante como parece. Muchas empresas vienen sufriendo una situación compleja, con costes al alza, un mercado cada vez más competitivo y una demanda, especialmente a nivel europeo, que parece estancada, cuando no en retroceso.
La situación de muchas de ellas, junto con su carácter predominantemente familiar, facilita el camino para las integraciones.
Sin embargo, todos estos factores, aunque alteran el clima del sector, no parece que afecte a las principales empresas de transporte frigorífico del país, que parecen consolidar sus posiciones, con ligeras variaciones.
Un año más se confirma el liderazgo que ejercen las empresas del arco mediterráneo, con una mención especial a Murcia.
Al tiempo, el espectro se abre a diferentes zonas geográficas de España, con una fuerte prodcción agroalimentaria asociada, característica clave del sistema de comercialización del sector, salvo en el caso de Madrid, que reúne a algunas de ellas vinculadas fundamentalmente a grandes grupos logísticos.
En definitiva, el transporte frigorífico vive tiempos de incertidumbre y de movimientos que no consiguen alterar la estructura de las empresas que lideran un sector esencial para la exportación española.