La incertidumbre geopolítica y las continuas disrupciones en la cadena de suministro han supuesto una presión añadida en los últimos meses para la industria del transporte por carretera, y en consecuencia para MAN Truck & Bus.
La elevada inflación y los actuales costes de los materiales y la energía han terminado de poner la guinda, en un panorama al que el fabricante trata de enfrentarse con una férrea disciplina de costes que le permita ser flexible ante los cambios que se vienen sucediendo.
En este sentido, los pedidos continúan a buen nivel, los niveles de producción se han estabilizado y el negocio de servicios continúa en pleno crecimiento. A pesar de una parada de varias semanas en las fábricas debido a los cuellos de botella y la guerra de Ucrania, con el consiguiente descenso en las ventas de camiones, se han logrado al menos cubrir gastos.
No obstante, los datos apuntan a una disminución del 26%en las ventas totales de la marca, con 35.000 camiones, furgonetas y autobuses entregados en los seis primeros meses del año.
Las cifras se han visto especialmente afectadas por la caída del 30% en el segmento de los camiones, hasta las 24.000 unidades. En el ámbito de las furgonetas, el descenso ha sido menor, del 18%, con 9.300 vehículos entregados, mientras que los autobuses apenas han retrocedido un 6% hasta los 1.700.
Por su parte, las ventas correspondientes a recambios y servicios de taller han aumentado un 13% hasta los 1.300 millones en el primer semestre.