Reflexiones en blanco y negro

Las Administraciones deben de retomar sus responsabilidades, unificar criterios y luchar de una forma directa, contra las irregularidades

10/05/2018 a las 22:49 h

Megacamiones La DGT, aunque no competente, podía de facto liberalizar de la mano de autorizaciones puntuales, la circulación de los megacamiones, como un ente común o casi, en todo el territorio.

Es época de reflexión del año que hemos amortizado, pero los que peinamos ya una sola cana recordamos cuando se nos va la cabeza a otras reflexiones de más atrás, cuando iniciaba la andadura por estas carreteras del señor y recordaba una profesión de hombres que trabajaban duro con esfuerzo, se luchaba con una tecnología básica y era igual para todos, ¿leyes de la competencia?, ¿Impuestos?. ¿Fraudes?.

Seguro que sí había, pero la profesión era bien mirada y respetada, a todos los niveles empresariales, conductores, autónomos, las distancias entre si eran cortas y como antes refería, se respetaban, tiempos dorados que viví y disfruté.

Observo en la actualidad, desde mi atalaya de oteador de dos continentes, que en un mercado Común Europeo, cargado de normas acumulativas, de los bien pensantes legisladores, la burocracia encorseta la actividad del transporte, los actores de países periféricos ingenian cada vez más estructuras socioeconómico-financieras, que les reporten ventajas competitivas con respecto a su inmediato competidor y así en cada base de juego.

En nuestro país con las competencias de Transporte transferidas a las Autonomías , la Administracion General , Ministerio de Fomento, Dirección General de Transportes , ha quedado como mero aparato transmisor de directrices de la CE, intentando conocer el “por qué” de los ataques del sector, de sus quejas hacia una Administracion inoperante que hace dejación de funciones y no arbitra ni controla el sector, distorsionado por los  neoliberalismos de las “empresas buzón”, las empresas colaborativas, las falsas Cooperativas, los falsos Autónomos, los cabotajes incontrolados y las empresas que abren y cierran entrando en concurso sin que nadie ponga coto a este desatino.

[sumario]En un mercado Común Europeo, cargado de normas acumulativas de los bien pensantes Legisladores, la burocracia encorseta la actividad del transporte.[/sumario]

Prefiero mi otro continente donde las reglas del juego son similares para todos y no hay margen ha esas ingenierías financieras que arrasan con el oficio, solo van buscando el volumen, la rentabilidad en España se hará aparecer por otro lado.

¿Dónde están los inspectores de Hacienda?. ¿Dónde los de Transporte?. ¿Qué controlamos en este País?. Sólo las Comunidades lo saben, pero ellas, muy suyas están a lo que están, en su política particular y la Administración Central más de lo mismo.

Me comentaban hace muy poco el por qué la Dirección General de Tráfico había sido la nominada por la Oficina Económica del Gobierno, para pilotar el proyecto de los megacamiones en el Estado Español. Yo, muy neófito en estas lides no acababa de entender que un organismo de regulación de la Seguridad Vial, tomara las funciones de ordenación del Transporte por carretera y de Industria, autorizando el Transporte de Carga divisible hasta las 60 toneladas en los “camiones Euro modulares”. Mi interlocutor me refirió que la DGT, aunque no competente , si podía de facto liberalizar de la mano de Autorizaciones puntuales su circulación Estatal, como un ente común o casi, en todo el territorio.

Así nos va, chapuza tras chapuza en todas las lides, educación, sanidad, economía, hacienda, transporte, etc. esto no es de recibo. El sector del transporte, además de otros muchos, debe ser como era antes, como es en los países punteros europeos, competitivo y con reglas de aplicación igualitarias y  escrutadas perfectamente por los órganos que deben preservar las normas y criterios de operación, limitando tanto kamikaze que hoy pulula a sus anchas en el Transporte y otras áreas de economía sumergida, que es tanto tolerada como conocida por la sociedad y la propia Administracion, y que no solo daña a los sectores que distorsiona sino a la totalidad de la base social , pues su carencia de tributación es asumida por el resto de contribuyentes, soportando mas carga si cabe de unas actividades que consumen bienes públicos.

Mi voz se alza reclamando que el sector vuelva a estar en el lugar que le corresponde, que los conductores tengan un oficio reconocido, como antaño era, que las normas y leyes sean coherentes y de aplicación supervisada  y para todos, que las administraciones dejen de inventar y que de una vez entremos en Europa, que estos vientos de neoliberalismo sean analizados, antes de buscar, en ellos, unas soluciones cortoplacistas, que lo único que aportan son sinsentidos , desregulación y empobrecimiento general , además de las dudas que generan.

Las Administraciones deben de retomar sus responsabilidades, unificar criterios y luchar de una forma directa, contra las irregularidades y atropellos que en nuestro país se producen día a día y que se acaban resolviendo, en períodos de tiempo más o menos dilatados, mediante sentencias judiciales, cuando el daño ya está hecho.

Juan Gatnau

Presidente ASTRAE

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