La naviera, que forma parte del Grupo Maersk, busca centrarse en el transporte marítimo de contenedores, dejando atrás el sector de los graneles, en el que ha estado presente durante seis décadas.
El negocio de transporte de graneles de la naviera alemana, que ha vendido a la Compañía China de Navegación, opera desde los puertos de Hamburgo, Londres, Melbourne y Río de Janeiro.
Se trata del último portacontenedores de una serie de cuatro barcos idénticos de 3.800 TEUs con los que Aliança está modernizando y ampliando su flota de cabotaje.