El hecho de que el 50% de los europeos prefieran utilizar el autómovil para sus desplazamientos incide directamente en el transporte de mercancías por carretera, especialmente en la distribución urbana.
Según el Eurobarómetro, menos de la mitad de los europeos están satisfechos con sus sistemas ferroviarios, aunque la satisfacción ha mejorado desde 1997,