Juan Miguel Sánchez García, Vocal del Consejo Nacional de Transporte Terrestre

Atrapados en el tiempo

Aunque se pueda tener la sensación de estar atrapados en el tiempo, al ver cieros acontecimientos que vuelven a producirse, poco a poco se van modificando los elementos de la actividad del transporte, y eso merece ser observado para comprenderlo y anticiparse.
09/06/2022 a las 18:26 h

Mis felicitaciones a Ricardo Ochoa y a Cadena de Suministro, por su aportación, en estos más de diez años, a la información rigurosa del transporte de mercancías y la logística. Necesitamos medios especializados que nos trasmitan con fiabilidad los hechos y nos ayuden a comprender la dimensión de la realidad.

Sabemos que, en medio de esta realidad compleja, de vez en cuando ocurren situaciones que no sabemos explicar, no todo responde a silogismos y ecuaciones.

La mente y la consciencia deben ir abriéndose a aceptar hechos incomprensibles. Así, en los últimos años, hemos asistido a sucesos como la pandemia, un volcán en La Palma, la guerra injusta contra Ucrania (envío toda mi solidaridad hacia este país que he conocido bien en proyectos internacionales en los que he colaborado), los altos precios de la energía y, cómo no, la explosión social de algunos grupos, como los recientemente vividos en el transporte de mercancías en España.

Decía que necesitamos quien día a día cuente el relato de los sucesos más significativos de la actividad del transporte y la logística, y lo acabamos de comprobar con el reciente conflicto y el paro convocado por una minoría marginal e irresponsable; desgraciadamente hemos visto cómo los medios generalistas, e incluso económicos, ni siquiera se percataban de quién era quien, y se confundían en su análisis, torpe y equívoco.

Muchos, con ese conflicto, hemos sentido la sensación de estar atrapados en el tiempo. Una vez más se ha mostrado a unos pequeños empresarios, con su debilidad y sus carencias, lanzando a la sociedad un castigo injusto y añadido a las dificultades que todos sufrimos; sus modos forman parte de una vieja cultura caduca y violenta, aprendida de movimientos sociales del siglo XX, que son incapaces de comprender y dar alternativas a lo que sucede en el transporte.

Estas acciones que hemos vivido, después de muchos años, reflejan una mezcla de perplejidad sin respuesta y de oportunismo, y no añaden valor a un sector económico ni a la evolución de las profesiones, y lideran un espíritu populista y reactivo hacia los cambios tecnológicos y sociales.

Pero lo cierto es que no estamos atrapados en el tiempo, y aunque la esencia de la actividad permanece -y se dirige a situar y resituar mercancías-, poco a poco, también se van modificando los elementos de la actividad del transporte de mercancías, y eso merece ser observado para comprenderlo y anticiparse.

 

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