Nadie pone en duda el gran impacto económico que ha provocado la crisis sanitaria en todos los mercados, sin excepción. Sin embargo, esta situación también ha puesto de relieve la solidez del sector inmologístico, pues contar con una infraestructura de calidad, capaz de adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes de cada empresa se ha convertido en algo esencial.
En cuanto a inversión, el sector inmologístico ya se había consolidado como un sector clave, con buenas perspectivas de futuro y gran interés por parte de inversores provenientes de diferentes sectores, en comparación con otros segmentos inmobiliarios. España sigue siendo un mercado estratégico muy atractivo que cuenta con localizaciones muy interesantes para la logística y la distribución de toda Europa. Prueba de ello son los proyectos finalizados este año por parte de muchos players del mercado. En GLP España hemos completado dos nuevas naves que ya están listas para ser ocupadas.
El sector inmologístico es una parte clave de la cadena de suministro y, en particular, de la industria de distribución e-commerce. La pandemia ha cambiado radicalmente la forma en la que compramos. Se ha producido una aceleración del consumo on-line, algo que ya preveíamos que ocurriría en los próximos años, pero que con el confinamiento ha aumentado exponencialmente. Este cambio en los hábitos de consumo pone en evidencia la necesidad de espacio y cadenas de suministro más flexibles y atomizadas que necesitarán de espacio logístico de calidad y moderno para crear eficiencias en la totalidad de la cadena de suministro.
[sumario]Tenemos que escuchar las nuevas necesidades de las empresas y ser capaces de ofrecer espacios logísticos modernos, situados en localizaciones estratégicas para la distribución a larga y media distancia.[/sumario]
Ante este cambio de paradigma, no solo debemos centrarnos en buscar la estabilidad del sector. También debemos ser consciente de que el mercado ha sufrido grandes cambios, y estos han venido para quedarse. Tenemos que escuchar las nuevas necesidades de las empresas y ser capaces de ofrecer espacios logísticos modernos, situados en localizaciones estratégicas para la distribución a larga y media distancia, con más requerimientos de picking y entregas de última milla.
Y por supuesto, tenemos que mirar al futuro. Los centros logísticos que se construyan a partir de ahora no serán solo un espacio físico para almacenar, sino que se integrarán en un entorno en el cual se brindarán servicios de información y generación de datos, todo ello adaptado a las nuevas y crecientes necesidades del cliente, y formando parte de su propio sistema. Y donde la automatización, la eficiencia en el uso, la gestión de recursos y la alta tecnología en construcciónno son ya una opción premium si no un requisito indispensable.
Asimismo, todos los mercados nos enfrentamos a un desafío común: revertir el impacto de nuestras actividades en el medio ambiente. Además de que los edificios permitan reducir costes operativos e incluso neutralizar algunos gastos mediante la mejora de diseño, iluminación, materiales de aislamiento y eficiencia, las infraestructuras industriales deben favorecer el uso de medios de transporte mucho más sostenibles. Los sistemas de reparto del futuro serán eléctricos, y las naves deben estar preparadas para ello y habilitar aparcamientos con puestos de recarga eléctrica de vehículos, así como de bicicletas en las naves de última milla.
Auguro para nuestro sector un año de clara recuperacióny una tendencia positiva del mercado tanto de consumo como de inversión. Todo ello enmarcado en el desarrollo de un camino hacia el futuro en el que las nuevas técnicas de construcción y diseño incluirán instalaciones adaptables y modulables, donde la tecnología, el bienestar de las personas y la eficiencia energética pasarán a ser los elementos determinantes.
