La carrera tecnológica contra la contaminación (2ª parte)

A falta de un mayor desarrollo tecnológico, algunos estudios recientes concluyen que el biometano tiene el mayor potencial de descarbonización para el sector del transporte.

22/10/2020 a las 9:34 h

A falta de un mayor desarrollo tecnológico, lo que sí parece cierto es que el gas natural y los biocombustibles, en menor medida, se erigen como elementos fundamentales para la transición energética en los vehículos pesados.

En este terreno, algunos estudios recientes concluyen que el biometano tiene el mayor potencial de descarbonización para el sector del transporte.

Además de los niveles significativos de reducción de CO2, iguales y en ocasiones superiores a los proporcionados por la electricidad, el biometano ofrece oportunidades de despliegue inmediato, fabricación de motores y automóviles en la UE y un impacto positivo directo en todos los segmentos: vehículos ligeros, transporte pesado, ferroviario y marítimo.

En este sentido, el biometano es un combustible renovable que está disponible, es escalable y contribuye a mantener una industria automotriz sólida dentro de la UE, por lo que algunas instituciones piden un impulso político para que pueda competir en igualdad de condiciones con la movilidad eléctrica.

Así mismo, en el ámbito de la larga distancia tampoco conviene dejar de lado la capacidad que aún puede ofrecer el diésel si, como han demostrado algunas pruebas, consigue reducir sus emisiones contaminantes drásticamente.

[sumario]“Algunos estudios recientes concluyen que el biometano tiene el mayor potencial de descarbonización para el sector del transporte”.[/sumario]

Por este camino, la tecnología puede permitir extraer hasta el último gramo de energía que puede aportar un combustible de muy alto rendimiento y evitar sus emisiones más dañinas gracias a la evolución que puede producirse en las prestaciones de los catalizadores. De igual manera, también se han realizado prometedoras pruebas con combustibles diésel sintéticos.

Sin embargo, el recorrido limitado que, a ojos de la sociedad, de las instituciones y de otros actores sociales, puede provocar que las inversiones necesarias en este campo impidan que se desarrollen adecuadamente, máxime cuando en un horizonte a largo plazo se contempla la sustitución por completo de todos los derivados del petróleo.

El ámbito de la distribución

Por lo que respecta a las distancias más cortas, especialmente para el ámbito de la distribución urbana, la electricidad sí que está en condiciones de realizar mayores aportaciones. En concreto, algunas unidades ya ofrecen una autonomía que les permite cubrir una jornada de trabajo con cierta holgura, por lo que se confirman como alternativa real a corto plazo.

Así mismo, en este mismo ámbito hay que tener en cuenta que el impulso político está llevando a la introducción en las principales ciudades europeas de zonas de acceso restringido que a corto plazo también irán cerrando el acceso a los núcleos de población de los vehículos más contaminantes y limitando la entrada exclusivamente para vehículos cero emisiones.

En este contexto, los grandes operadores logísticos, los principales operadores postales europeos y algunas de las plataformas de comercio electrónico más importantes a escala global han comenzado a incorporar vehículos eléctricos a sus flotascon el fin de poder acceder a estas zonas de acceso restringido en los centros de las ciudades en las mejores condiciones, con el fin de dar servicio a sus clientes en estas zonas. Algo que se combina con el cada vez más común establecimiento de hubs de proximidad, con los que se busca ahorrar costes, mejorar la gestión de flotas y de las ventanas de entrega, así como incorporar nuevos servicios conectados con las entregas de paquetería del canal de comercio electrónico.

El aumento de la flota de vehículos eléctricos necesitará un despliegue decidido de las redes de puntos de recarga en todo el continente.

Precisamente en este ámbito también se observa una tendencia a la utilización de vehículos más pequeños y ligeros, a veces limitados a asistir con motores eléctricos las carretillas o los carritos de los repartidores, toda vez que las unidades a transportar en los servicios de reparto urbano suelen tener pequeño tamaño y no son muy pesados, por lo que los motores eléctricos pueden aportar su gran versatilidad en este terreno.

En consecuencia, a juicio de los expertos, el futuro a medio plazo en los combustibles podría estar en una sustancial mejora en el diseño de las baterías y acumuladores de energía, por un lado, así como, por otros, en el desarrollo de las pilas de combustible.

Precisamente, y cerrando el círculo, las pilas de combustible se presentan como la gran esperanza durante los próximos años para reducir las emisiones en la larga distancia y, al tiempo, ofrecer unas prestaciones adecuadas para su explotación en cuanto a velocidad comercial y capacidad de carga útil.

El dilema del coste

Sin embargo, pese a los avances el mayor dilema para la consolidación de las principales energías alternativas tiene que ver con el coste de adquisición de estas unidades.

En este sentido, las empresas suelen tener en cuenta una complicada ecuación en la que se mezclan, entre otros, el propio coste de los equipos, su facilidad de mantenimiento, el coste de la energía que los alimenta y la fiabilidad que ofrecen, así como su rentabilidad en términos de relación con los precios que cada compañía cobra por sus servicios.

Para evaluar todas estas variables, cada vez más compañías recurren a evaluar el coste total de adquisición (CTO por sus siglas en inglés) en sus flotas.

Precisamente en este terreno, los vehículos de energías alternativas ofrecen unos costes de mantenimiento inferiores a los que utilizan los motores de combustión tradicionales, aunque muchos operadores se preguntan si podrán amortizar un vehículo cuyo coste es más elevado y con una vida útil y un valor residual aún por conocer.

[sumario]“El crecimiento de la red de gasineras en España, ha derivado en un fuerte incremento de las matriculaciones de vehículos de gas a lo largo de 2019”.[/sumario]

Además, en este complicado rompecabezas hay que contar también con la capacidad de presión que tienen por una parte los cargadores para solicitar a sus proveedores de transporte medidas para reducir la huella de carbono en sus actividades, con el fin de mejorar la sostenibilidad de toda su cadena, sin perder de vista el aumento de la concienciación social, en la exigencia de medidas decididas para reducir el calentamiento global y sus más que evidentes consecuencias.

Este factor está impulsando de manera decisiva la introducción de las energías alternativasen algunos segmentos del transporte que van desde la larga distancia, como vehículos de gas, a unidades eléctricas en el reparto urbano.

Sin duda, todavía queda mucho terreno por avanzar, pero a buen seguro, la tecnología progresa a pasos agigantados.

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