No debemos confundir digitalizar con transformar digitalmente. Lo primero ocurre cuando informatizamos la ejecución de un proceso. Por ejemplo, pasar de llevar un formulario impreso (como el CMR en el transporte por carretera) a llevarlo en la tableta o móvil en formato digital (convirtiéndose en un e-CMR).
La gran oportunidad de dar el salto cualitativo la encontramos cuando acometemos un proceso de auténtica transformación digital. Esto trae consigo cambios muy profundos en la cultura, la organización y el ‘modus operandi’ de las personas que en ella trabajan. Arranca en el vértice de la pirámide estructural de la organización, abarcando a todas las áreas, tanto las de staff corporativo (finanzas, recursos humanos, etc.) como a las funcionales, operativas, las de marketing y, por supuesto, a las tecnológicas.
Para afrontar este gran proceso de transformación hacen falta socios de base tecnológica que tengan un conocimiento profundo de los procesos y modelos de negocio, así como una amplia visión estratégica.
Conceptos como Inteligencia Artificial (AI), Internet de las Cosas (IoT), Big Data, Blockchain y RPA (robotización de software), entre otros, deben ser tenidos en cuenta. Así, evolucionaremos a la era del dato, en la que surgen debates en torno al valor y la propiedad de este, situándolo en el centro de la citada transformación digital.
La verdadera y profunda transformación en la manera de organizar y tratar la información (el dato) se produce con la incorporación de Blockchain a la transformación digital empresarial. En el ámbito concreto de los negocios logísticos, la aplicación de este conjunto de tecnologías conlleva un absoluto cambio en la forma de generar valor. Algunas de las razones principales que justifican su importancia en el sector son los conocidos como ‘smart contracts’ (que disparan las acciones de modo automático), la información distribuida, la confianza e inalterabilidad, los procesos de desarrollo e implantación más cortos y baratos, etc.
[sumario]La verdadera y profunda transformación en la manera de organizar y tratar la información (el dato) se produce con la incorporación de Blockchain a la transformación digital empresarial.[/sumario]
El pasado 2019 ha sido el año de la difusión y evangelización de Blockchain, de su despegue de los foros de tecnológicos a los de negocio. Desde entonces, hemos seguido evolucionando y 2020 está siendo el año del inicio de las aplicaciones prácticas, las pruebas de concepto y pilotos de forma “masiva”. Hoy todavía nos sobran los dedos de una mano para contar las iniciativas prácticas en nuestro sector que implican la adopción de este concepto tecnológico. 2021 será el año de su auténtica expansión.
[sumario]La auténtica transformación digital trae consigo cambios muy profundos en la cultura, la organización y el ‘modus operandi’ de las personas que en ella trabajan.”[/sumario]
Con esta tecnología se han puesto en marcha varios proyectos para utilizar Blockchain en la automatización de la seguridad y operaciones ferroviarias, también en la mejora de los procesos de la cadena de suministro.
Asimismo, Blockchain comienza a estar presente de manera práctica en el mundo transitario marítimo y en los procesos aduaneros. Lo hemos visto con la llegada de Tradelens, o en ámbito de la gestión portuaria con algunas experiencias como las que está llevado a cabo la Fundación Valenciaport.
Pronto comenzaremos a ver también casos prácticos de uso en las administraciones y empresas públicas, en el transporte por carretera y en la logística de última milla.
Cabe mencionar y destacar el grupo de tecnología de Logistop, especialmente activo en promover proyectos innovadores de transformación digital en el sector y desde el que estamos estudiando la aplicación de estas disruptivas tecnologías. Muy pronto veremos sus primeros éxitos.
