La Federal Aviation Administration de los Estados Unidos ha prohibido de manera inmediata desde este pasado sábado, 8 de noviembre, cualquier operación con los aviones MD-11 y MD-11F.
La medida se produce después del accidente de un McDonnell Douglas MD-11 de UPS ocurrido el pasado 4 de noviembre durante el despegue en el aeropuerto de Louisville, Kentucky, que supuso la muerte de 14 personas y afecta, según las autoridades del país, a unos 109 aparatos matriculados en los Estados Unidos.
Dada la situación, FedEx ha asegurado en un comunicado haber "realizado las modificaciones operativas necesarias para cumplir con los requisitos y garantizar que los servicios sigan moviéndose de forma segura y rápida a través de nuestra red".
Además, la paquetera afirma que cuenta "con planes de contingencia para adaptar nuestra red aérea y terrestre y así garantiza los envíos críticos y urgentes, como medicamentos esenciales, dispositivos médicos y otros productos, asegurando que se muevan sin interrupciones.
De igual manera, la compañía indica que ha confirmado con la Federal Aviation Administration el manteniiento sin interrupciones de sus vuelos internacionales.
Por su parte, UPS, propietaria del avión accidentado el pasado 4 de noviembre, confirma que "como medida de precaución y seguridad, hemos decidido dejar en tierra temporalmente nuestra flota de MD-11 siguiendo las recomendaciones del fabricante de la aeronave".
Además, la paquetera informa también de que dispone de "planes de contingencia para garantizar que podamos seguir ofreciendo el servicio de manera fiable".