El objetivo es impedir los asaltos y evitar el acceso de los inmigrantes a Reino Unido.
En las últimas semanas, las autoridades francesas han podido comprobar cómo los inmigrantes y refugiados emplean una serie de artimañas para poder montar de forma clandestina en los camiones que se dirigen a los ferrys del puerto de Calais, para llegar de esta forma hasta el Reino Unido.
Así, ocultos entre los árboles y los escombros, asaltan a los vehículos obligándoles a detenerse para poder esconderse en su interior. En consecuencia, este martes se han iniciado las obras de construcción de un muro para dificultar el paso de los inmigrantes, con una duración estimada de entre tres y cuatro meses.
La estructura, de un kilómetro de largo y cuatro metros de alto, tendrá un coste de 2,7 millones de euros, que será financiado en su totalidad por el Reino Unido. De este modo, pretenden evitar este tipo acciones y dificultar la entrada al país de los inmigrantes que viven en los campamentos de la ciudad francesa.
Sin embargo, la actuación no cuenta con el respaldo de las autoridades locales, que consideran que sería innecesario si desde la administración gala cumplen su promesa de desmantelar el campamento de Calais.