Esta nueva infraestructura, que supondrá una inversión de 22,7 millones de euros, debe permitir a Lisboa multiplicar por tres el número de cruceristas anuales, que actualmente ascienden a 550.000, durante los 35 años que dura la concesión.
La firma del contrato está pendiente de la aprobación definitiva de las autoridades portuguesas, y el consorcio ganador deberá abonar un canon anual de 300.000 euros, además de una tasa por pasajero.
La compañía que explotará las nuevas instalaciones está constituida por la turca Global Liman Isletmeleri, el armador portugués Sousa, la estadounidense Royal Caribbean, y CPB, que con este contrato entrará en un nuevo país.
En opinión del director general de CPB, Carlos Domingo, la operación forma parte de la estrategia de expansión de la compañía, que acumula 14 años de experiencia y actualmente estudia 23 nuevos proyectos por el Mediterráneo, el Caribe y el sureste asiático.
CPB tiene tres terminales en el Muelle Adosado del puerto de Barcelona, además de las terminales Norte y Sur del World Trade Center. También explota la terminal de Málaga y otra en Singapur, en alianza con Singapur Airport Terminal Services.