Un reciente informe de CargoON apunta a la necesidad de explorar opciones para reducir la huella de carbono en las operaciones de transporte que se realizan en Europa y apunta directamente a la intermodalidad.
En este sentido, el documento hace referencia al trasvase del transporte por carretera al ferrocarril como una de las alternativas más prometedoras, recordando que si bien las expectativas iniciales sobre el dominio del transporte de mercancías por tren en Europa no se han cumplido, eventos recientes como la pandemia y la guerra en Ucrania, junto con la transición energética, han resaltado la necesidad de apostar decididamente por la intermodalidad.
El trabajo señala asimismo que, si bien persisten desafíos en infraestructura insuficiente y falta de inversión para gestionar completamente las cadenas de suministro intermodales, los expertos coinciden en que la tecnología es crucial para satisfacer estas demandas, mejorar la eficiencia y reducir las emisiones de carbono.
Subrayan que "sin tecnología, no habrá una verdadera revolución en el transporte" y que por ello las empresas deben aprovechar las ventajas que ofrece la misma, como los sistemas de gestión de transporte, para aumentar la capacidad de carga y mejorar la productividad.
La última edición de dicho informe también examina las perspectivas de las cadenas de suministro en los próximos meses, con indicadores económicos de la UE a la baja y una menor demanda de trabajo para los transportistas.
Sin embargo, subrayan, existen aspectos positivos, como la estabilidad del mercado del combustible y la disminución gradual de la inflaciónen las economías más sólidas, lo que permite a las empresas reducir los costes de transporte y negociar tarifas más favorables.
Esto puede resultar, aseguran, en mayores márgenes para los cargadores, considerando que los costes de transporte suelen representar una parte significativa del presupuesto en muchas industrias.
