El precio del gasóleo ha descendido en España durante la segunda semana de diciembre un 3,2% con respecto a la semana anterior, con lo que se establece en la media de los surtidores españoles a 1,005 euros.
De este modo, el gasóleo marca un nuevo mínimo anual, después de los 1,39 euros registrados una semana antes, y registra también su precio más bajo desde el primer trimestre de 2010. Ahora, este carburante es un 8,7% más barato que a principios de 2015.
Además, en España es posible adquirir un litro de este carburante por menos de un euro. En concreto, se vende a 0,79 euros en un surtidor de Aragón, mientras que en Madrid se puede encontrar a 0,82 euros.
Por su parte, la gasolina ha experimentado un leve descenso del 1,85% en el precio medio de los surtidores españoles durante la última semana, hasta situarse en 1,140 euros, un importe un 0,27% superior al registrado en la primera semana del año.
El descenso en los carburantes coincide con una nueva caída del precio del petróleo, que ha llevado al barril de Brent a situarse por debajo de los 40 dólares, volviendo así a precios desconocidos desde febrero de 2009. El barril cotiza este jueves 17 de diciembre a 37 dólares.
Precios en Europa
El precio de los carburantes sigue siendo menor en España con respecto a la media de la UE, donde el precio de venta al público del litro de gasóleo se sitúa en 1,127 euros y en 1,089 euros en la zona euro. Por su parte, el litro de gasolina alcanza los 1,302 euros en la UE y los 1,314 euros en la zona euro.
El gasóleo también ha experimentado un fuerte descenso en la mayor parte de los países miembros de la UE durante esta última semana. El país con el menor precio en el gasóleo de automoción es Luxemburgo, con 0,921 euros por litro, mientras que el gasóleo más caro se encuentra en el Reino Unido, a 1,488 euros.
En otros países próximos también es mayor el precio de este carburante con respecto a España, es el caso de Alemania, con 1,056 euros, Italia, con 1,311 euros, Francia, con 1,047 euros, y Portugal, en 1,093 euros.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.