El año 2020 no ha sido precisamente fácil para el sector del transporte marítimo, que ha tenido que hacer frente a los numerosos desafíos derivados de la crisis sanitaria del Covid-19.
En España, los puertos iniciaron el curso con optimismo, pero todo cambió en el mes de marzo, tras la declaración del estado de alarma.Los desplazamientos de viajeros se limitaron con el confinamiento a los absolutamente imprescindibles, quedando prohibida la entrada de cruceros de cualquier destino.
También se canceló la Operación Paso del Estrecho, que iba a comenzar en el mes de julio, por decisión de Marruecos. Cada año, esta operativa supone el desplazamiento de más de tres millones de personas, por lo que se decidió actuar con prudencia, evitando las grandes concentraciones.
El sector dedicó todos sus esfuerzos durante meses a garantizar la llegada de suministros básicos a la población, manteniéndose en todo caso las operativas de mercancías y dando prioridad, en este sentido, a los envíos de productos de alimentación, higiene, medicamentos y equipos médicos. Por su parte, el Ejército puso en marcha la Operación Balmis para efectuar la correcta desinfección de los puertos, aunque dentro de cada uno de ellos también se han implementado diferentes protocolos sanitarios y de seguridad para evitar contagios.
Igualmente, las restricciones impuestas y la promoción del teletrabajo por parte del Gobierno ha supuesto un fuerte avance de la digitalización, que ha permitido a muchas instalaciones mejorar sus plataformas web y servicios ‘on-line’, potenciando así los nuevos canales de comunicación con sus clientes.
A nivel económico, el impacto fue muy elevado, especialmente en los puertos más dependientes del turismo, pero también en todas las empresas portuarias. Esto llevó a Puertos del Estado a poner en marcha medidas de apoyo a las compañías del sectormarítimo y portuario, en el marco del Real Decreto de medidas urgentes complementarias para apoyar la economía y el empleo.
En este sentido, las Autoridades Portuarias realizaron un gran esfuerzo para paliar los efectos del Covid-19 entre sus clientes, usuarios, concesionarios, proveedores y toda la comunidad portuaria, apostando por la agilización de pagos a proveedores, la suspensión de los tráficos mínimos exigidos, la aplicación de bonificaciones o la reducción de tasas portuarias, entre otras posibilidades.
En total, el sistema portuario ha cerrado 2020 con un tráfico total de 515.682.392 toneladas de mercancías movidas, un 8,65% menos que en 2019, aunque en el primer semestre la caída alcanzó el 16%.
La transición hacia los Puertos 4.0
Las difíciles circunstancias no han alejado, sin embargo, a Puertos del Estado, de sus objetivos en materia de sostenibilidad y digitalización. Francisco Toledo, que asumió la presidencia del organismo en febrero, se ha volcado en la puesta en marcha del Fondo 4.0, que destinará en su primera convocatoria 12 millones de euros a la transformación del sector logístico-portuario español.
En total, se han presentado 520 proyectos e ideas,candidatos a recibir financiación para desarrollar iniciativas relacionadas con la inteligencia artificial, la robotización, el blockchain, la automatización, la sensorización, los vehículos no tripulados o los drones.
Asimismo, destaca el proyecto de la plataforma tecnológica Simple, que integrará toda la información de la actividad del transporte de mercancías y la logística en España, para el que Puertos cuenta con la colaboración de Adif.
La UTE formada por Indra y su filial Minsait se adjudicó en noviembre este desarrollo, que situará a España a la vanguardia de Europaen el uso de la tecnología para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del transporte de mercancías.
En otro orden de cosas, el sistema portuario español ha llegado a un acuerdo sobre su Marco Estratégico para los próximos diez años, cuya aprobación está prevista para el primer trimestre de 2021. Esto permitirá reforzar su apuesta por la digitalización, la innovación y la sostenibilidad. Entre los aspectos en que se hará especial hincapié están la mejora de las conexiones ferroviarias y la electrificación de los muelles.
Algunos puertos, como el de Tarragona, el de Barcelona o el de Huelva, por ejemplo, ya tienen planes en este sentido para la conexión eléctrica de los buques en puerto. Además, Puertos del Estado contribuirá a estos objetivos con un nuevo plan, dotado con 25 millones, para el desarrollo de 10 instalaciones de suministro eléctrico en atraque.
Por su parte, el anteproyecto de Ley de reforma del texto refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, y de la Navegación Marítima sigue avanzando hacia su aprobación definitiva.
Anesco ha presentado hasta nueve propuestas en 2020 para su mejora, relacionadas con la flexibilidad en los plazos concesionales, la claridad en el otorgamiento de las concesiones, o la proporcionalidad entre las tasas repercutidas a los operadores y sus costes asociados, entre otros asuntos.
Además, el año terminó para Puertos del Estado con el cierre de los planes de inversión de las 28 Autoridades Portuarias, dedicándose la mayoria de las partidas a mejoras en las terminales y en la conectividad terrestre, sostenibilidad ambiental y digitalización.
Discrepancias en el sector de la estiba
En lo que respecta al sector de la estiba, la patronal y Coordinadora, CCOO y UGT conseguían por fin alcanzar un acuerdo en el mes de septiembre respecto al V Acuerdo Marco, sentando así las bases para la paz social y la estabilidad del empleo. La alegría duro muy poco, pues en noviembre Competencia puso una vez más objeciones al texto acordado, lo que ha impedido de momento su entrada en vigor.
Desde Anesco, insisten en su voluntad negociadora y en el deseo de alcanzar acuerdos, pero dado que ya se han introducido recomendaciones de la CNMC en hasta tres ocasiones y de momento sigue sin validar el texto, considera que sería necesario que las administraciones públicas asumieran una participación más activa en el proceso negociador, que permita encontrar una solución acorde con la legalidad vigente.
Esta situación se produjo, además, en medio de un clima extraordinariamente tenso en los puertos de Bilbao y Valencia.
En el primer caso, los estibadores convocaron en octubre una huelga para protestar por la falta de personal, la precariedad de sus condiciones de trabajo y el abuso de la eventualidad por parte de las empresas de la estiba en la instalación.
El conflicto, que se ha alargado hasta el mes de enero de 2021, ha llevado al borde del colapso al puerto de Gijón y ha obligado a intervenir como mediadora a la directora general de Trabajo, Verónica Martínez.
En el caso de Valencia, los sindicatos se negaban a que los trabajadores pudieran recibir la formación necesaria sobre el nuevo sistema operativo Navis4 que se ha implantado en varias terminales, al considerar que serviría para eliminar puestos de trabajo en lo que han llegado a llamar un ‘ERE encubierto’.
La digitalización del transporte marítimo facilitará una mayor fluidez en el movimiento de mercancías con Reino Unido.
En esta ocasión, tras concluir sin acuerdo el acto de conciliación con el Centro Portuario de Empleo de Valencia, serán los tribunales quienes deban aclarar cualquier discrepancia.
Preparados para el Brexit
Por último, conviene recordar que los puertos españoles del norte peninsular, como Bilbao, Santander o Ferrol,se han enfrentado durante el año 2020 a los nuevos retos que impone el Brexit al transporte de mercancías.
La incertidumbre generada ha sido máxima, pero finalmente la UE y Reino Unido alcanzaron un acuerdo sobre la bocina, el día 24 de diciembre, que permite unas relaciones comerciales más fluidas entre ambas partes.
[sumario]Competencia ha vuelto a poner objeciones al V Acuerdo Marco de la estiba entre Anesco y los sindicatos”[/sumario]
El refuerzo de los Puestos de Inspección Fronteriza, la incorporación de nuevo personal, la habilitación de parkings disuasorios o los nuevos sistemas de intercambio de información con Aduanas son algunas de las medidas por las que han apostado los puertos españoles para conseguir mantener la agilidad de las operaciones e incluso aprovechar las oportunidades que pudieran surgir.
Además, la digitalización del transporte marítimo facilitará una mayor fluidez en el movimiento de mercancías, lo que será especialmente relevante para el envío de productos manufacturados y energéticos, que suelen utiizar el Transporte Marítimo de Corta Distancia. No obstante, también habrá otras familias de productos que pasen de la carretera al mar,según las previsiones de la Asociación de Cargadores de España.
