¿Ha llegado el momento adecuado para el ferrocarril de mercancías en España?

Una serie de factores económicos y logísticos hacen que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana crea que este es el momento adecuado para que el ferrocarril de mercancías se haga con su hueco modal, pero siguen existiendo retos tradicionales.

16/02/2023 a las 14:00 h

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana estima que ahora se dan las condiciones ideales para que el transporte ferroviario de mercancías deje de ser la cenicienta modal y pueda ganar cuota de mercado hasta alcanzar el objetivo fijado en el 10%.

En la jornada organizada por Aecoc este jueves en Madrid en la que se ha abordado el "Análisis de la situación del transporte intermodal en España", María José Rallo, secretaria general de Transportes y Movilidad, estima que este momento implica que el propio ferrocarril entienda que debe competir a partir de valores de mercado que vayan más allá de su capacidad para reducir las emisiones contaminantes.

En este sentido, Rallo defiende, tal y como ha explicado en una reciente jornada organizada por Aecoc en Madrid esta misma semana, que “la reducción de emisiones contaminantes no puede ser la única ventaja competitiva del transporte ferroviario de mercancías”. A juicio de la secretaria general, además, “este transporte tiene que ser rentable”.

[sumario]El ferrocarril debe entender que tiene que competir a partir de valores de mercado que vayan más allá de su capacidad para reducir las emisiones contaminantes.[/sumario]

Esto obliga, según su criterio, a trabajar para mejorar la eficiencia y la competitividad de este modo de transporte, aprovechando que en este momento concreto existe una serie de factores que pueden impulsar su transformación, como, por ejemplo, la creciente demanda de los cargadores para utilizar el ferrocarril, la fortaleza que tiene la ordenanza pública, tanto a nivel nacional, como en el ámbito europeo, para favorecer el trasvase modal al transporte ferroviario.

Rallo ha citado también el desarrollo de inversiones y ayudas enfocadas en las necesidades concretas del sector, así como el interés del propio sector logístico en invertir en el modo ferroviario, así como en mejorar su servicio, tanto desde el punto de vista operativo, como desde el del control de su impacto medioambiental.

Externalidades más allá de la reducción de emisiones

Ello implica, según Rallo, que el ferrocarril de mercancías sea capaz de trasladar al mercado que “tiene externalidades positivas más allá de la reducción de emisiones”, aprovechando, por ejemplo, la exigencia social que existe en favor de la sostenibilidad o la escasez de conductores que reduce la oferta de transporte de mercancías por carretera, entre otros factores.

Así pues, el transporte ferroviario de mercancías debe encontrar su hueco en la actividad logística, especialmente en sus conexiones con los puertos, así como para flujos estables que enlacen áreas de producción con terminales en las principales zonas de consumo.

En definitiva, el momento puede ser favorable, pero el ferrocarril de mercancías se enfrenta a retos que ya son conocidos desde hace largo tiempo, como son una gestión de infraestructuras y terminales más acorde a las necesidades del mercado, la necesidad de mayor flexibilidad y un mayor conocimiento del negocio.

 

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