Pablo Gómez, presidente de Logistop y director general de FM Logistic Iberia

Innovación colaborativa

Seguimos compitiendo en mano de obra, en espacios baratos, luchando por el último céntimo del coste del camión como si nos fuera el alma en ello.
15/02/2021 a las 0:59 h

Hablar de innovación colaborativa o colectivaen el país de los desencuentros parece una quimera, pero a mí me parece la única solución empresarial posible frente al desaguisado que nos están dejando nuestros mal avenidos representantes públicos en los últimos años; un país donde es imposible acordar nada, donde la lucha por el poder está por encima de cualquier solución técnica y donde nadie parece ser consciente de cuál es nuestra ventaja competitiva. ¡Es bastante sencillo!

En un mundo global como el que tenemos, tenemos la gran ventaja competitiva de convertirnos en una potencia en la innovación por nuestro clima, nuestra forma de vivir, nuestro espectacular entorno natural, nuestra dimensión y variedad… y atraer a los líderes de innovación para que se vengan a vivir aquí. Pero todo pasa porque seamos conscientes de que debemos empeñarnos en hacer sentir al visitante potencial que esta es su casa.

A nadie le es agradable visitar la casa de alguien con toda la familia peleada. Málaga parece que lo está haciendo bastante bien. Crece en innovación, en tecnología, con una cultura abierta, con desarrollo de los medios de transporte, con impulso institucional.

Pues en la logística tenemos un caso muy parecido. Nuestro país es espectacular; tenemos de todo; ciudades densas, puertos en todas las esquinas, líneas de ferrocarril, autovías por todos lados, aeropuertos que son la envidia de nuestros vecinos, y un medioambiente de espectáculo… y ¿cómo estamos? … ¡pues muy mal!

Seguimos compitiendo en mano de obra, en espacios baratos, luchando por el último céntimo del coste del camión como si nos fuera el alma en ello, machacando los espacios disponibles con logística “low cost”… eso sí, metro de edificabilidad que haya disponible en el terreno, lo voy a construir a costa de la circulación porque luego el almacén lo vendo por metro construido.

[sumario]“Es hora de una visión fuerte y global, integradora, empezando por los puertos y los aeropuertos”[/sumario]

Es hora de que nos demos cuenta que, como decía, en este mundo global, nuestro país sea competitivo en logística. En una multinacional, los países, dentro de las empresas compiten entre ellos por productos, por el I+D, y el know how, por las inversiones… Y para ser un país competitivo, tenemos el mejor ecosistema logístico posible, rico y completo, con todos los elementos… pero mal avenidos.

Es hora de una visión fuerte y global, integradora, empezando por los puertos y los aeropuertos, estableciendo sistemas automáticos homogéneos e intercambiables, que el tren hable con los puertos y con la carretera un mismo idioma, que la tecnología sea el vector común que los integre. Y rematando en unas ciudades que están empezando a despertarcon más energía que la maraña de administraciones que hay por encima. Y no es necesaria la tecnología punta.

Recientemente hemos sido testigos del fiasco de Nikola Motor, la gran promesa del hidrógeno de occidente, con esos camiones de hidrógeno que nunca acaban de llegar. Pues bien, FM Logistic en China, opera camiones de hidrógeno desde hace un par de años. Eso sí, tecnología local. No hace falta tecnología punta; hace falta ser listo.

Tenemos al alcance más tecnología de la que necesitamos. Hacen falta esfuerzos colectivos de sensatez y dirección unificada hacia lo que queremos. Y creo que todos queremos un pais competitivo, para la prosperidad, para nuestros hijos que están buscando puestos dignos de trabajo, ... y para nosotros. Para poder retirarnos orgullosos de dejar un país mejor que el que encontramos.

Tengo la secreta esperanza en las ciudades; No solo Málaga. Vitoria, Vigo, Madrid, Barcelona… se han mostrado activas en el establecimiento de medidas sobre cómo avanzar. Si las ciudades consiguen deshacerse de la maraña política de los gobiernos de turno, podrían ser estupendos gérmenes de la gran transformación social que necesitamos para innovar.

Estamos ante un panorama cuya transformación puede ser espectacular, y en cualquier caso, será apasionante. De nosotros depende si queremos actuar o no.

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