En noviembre de 2012, la Comisión Europea determinó que el sistema español de incentivos fiscales para la construcción naval, también denominado tax lease, "no incluía elementos de ayuda estatal y no vulneraba la libre competencia". De este modo, la Dirección General de la Competencia aprobó el tax lease propuesto por el Gobierno de España.
Sin embargo, aún sigue pendiente de aclarar si las ayudas concedidas anteriormente tienen que devolverse, extremo sobre el que la Comisión todavía no se ha pronunciado.
La incertidumbre generada por la decisión aún por tomar pone en cuestión la solvencia de todos los astilleros españoles frente a los armadores y "dificulta el acceso a las garantías y financiación indispensables para la construcción". Así lo ha comunicado La Naval de Sestao tras perder un contrato de 220 millones de euros con un armador noruego.
En este sentido, lamentan que el nuevo sistema de financiación de activos resulte "ineficaz" mientras la institución no se pronuncie sobre el pasado. Asimismo, critican que el ataque de Holanda hacia sus competidores ha provocado que la cuota de mercado de Europa frente a los países asiáticos haya disminuido del 23% al 5% en los últimos trece años.
Pérdidas de 220 millones
Las negociaciones entre La Naval de Sestao y un armador noruego, cliente habitual del astillero de Sestao, se han visto frustradas a favor de Corea, como consecuencia del retraso de la Comisión Europea.
La construcción de este buque hubiera supuesto para La Naval, carga de trabajo hasta el año 2015 generando 1,7 millones de horas de empleo, así como relevantes pedidos para la industria auxiliar española que también está sufriendo las devastadoras consecuencias del retraso.
En los últimos años los astilleros gallegos están perdiendo fuerza en el sector, en concreto el sector naval gallego ha perdido la segunda posición en la construcción de barcos superado por Asturias y superado por el País Vasco que continúa siendo líder.