La paquetería, ¿tabla de salvación para el sector postal europeo? (2ª parte)

Mientras que importantes gigantes del sector como DHL, DPD Group o GLS tienen en marcha potentes áreas internacionales profundamente diversificadas, Correos sigue manteniendo un importante peso de su negocio tradicional.

05/07/2019 a las 0:39 h

No obstante, Correos compagina el negocio postal tradicional, en claro retroceso, con grandes volúmenes que maneja para dos de los grandes gigantes del comercio electrónico a nivel mundial en el mercado español, donde cuenta con una posición de privilegio frente a otros operadores, basada tanto en su financiación pública, como en su implantación sobre el territorio.

Frente al limitado modelo español que ahora parece ir superándose, la francesa La Poste, por ejemplo, cuenta con un importante conglomerado empresarial de origen público que en 1991 se convirtió en lo que en el país galo llaman un establecimiento comercial e industrial público para, posteriormente, ya en 2010 pasar a ser una sociedad con una participación estatal, que, en su caso, asciende a un 74% del capital, mientras que el 26% restante corresponde a la Caisse des Dépôts et Consignations, también pública.

La alemana Deutsche Post, por su parte, lleva en la paquetería desde los ‘80 del pasado siglo XX. En 2002 adquirió DHL, aunque antes, en 1999 había adquirido Danzas, y después, en 2005, se hizo con Exel y, más tarde, en 2016 entró en UK Mail, para terminar de conformar uno de los gigantes europeos del sector logístico, con fuerte presencia en otras zonas del mundo y, de manera especial, en uno de los principales campos de batalla del comercio electrónico a nivel mundial, como es el mercado asiático.

[sumario]Uno de los debates que existen en el sector postal actual tiene que ver con la financiación de los servicios de paquetería para el comercio electrónico y el uso de servicios públicos.[/sumario]

De igual modo, el correo británico Royal Mail, con una historia centenaria, ha sabido dar , aprovechando la llegada del cambio de siglo, un giro para seguir colocándose entre los principales operadores logísticos a nivel continental, con la adquisición en 1999 de la que entonces era German Parcel y que luego, renombrada como General Logistics Systems, pasaría a ser la actual GLS.

A través de GLS, y por encima del impacto que pudiera tener un cada vez más palusible Brexit duro, ya que su filial está domiciliada fuera de Gran Bretaña, el correo público británico ofrece servicios de paquetería en 42 países europeos y ocho Estados de los Estados Unidos.

Correos ha comenzado, con cierto retraso, a dar los primeros pasos en un tímido proceso de internacionalización. Correos ha comenzado, con bastante retraso, a dar los primeros pasos en un tímido proceso de internacionalización.

Ya en esta década, GLS ha seguido creciendo en Europa y América del Norte, con las compras, por ejemplo, de ASM y de Redyser en España, así como de la canadiense Dircom Canada

Estos tres ejemplos cuentan con una trayectoria consolidada de internacionalización y diversificación que muestra el camino a seguir, máxime con un segmento de comercio electrónico que sigue creciendo con fuerza en los últimos cuatro años y al que aún le queda camino por recorrer.

El debate del coste

Por otra parte, en el sector también existe un importantísimo debate sobre los costes que tienen las entregas de comercio electrónico y el papel facilitador que juegan diferentes operadores postales públicos de todo el mundo, desde nuestro país hasta los Estados Unidos, y los posibles beneficios de tratamiento que tienen algunos de los grandes e-tailers a costa del erario público.

Este debate, surgido en los Estados Unidos, donde Amazon lleva años apoyándose en el US Mail para realizar sus repartos de última milla, tiene implicaciones desde el punto de vista de la competencia entre entidades públicas y compañías privadas, una discusión que también existe desde hace tiempo en el sector logístico español.

Sin embargo, tampoco es menos cierto que el éxito del e-commerce a nivel mundial no se entendería sin la flexibilidad aportada por los proveedores logísticos que realizan las entregas domiciliarias (mayoritarias hoy por hoy en el e-commerce mundial), así como por el mínimo coste de estos envíos, tanto para el propio destinatario final, como para los e-tailers.

[sumario]Otro de los debates que existen en el sector postal actual tiene que ver con la financiación de los servicios de paquetería para el comercio electrónico y el uso de servicios públicos.[/sumario]

Esta partida se juega, según algunos, con cartas trucadas, y por el bien de todos convendría separar de algún modo la necesidad de contar con un servicio público en declive que debería dejar paso a las empresas privadas.

Para otros, sin embargo, los servicios postales públicos deben preservarse a toda costa y, en el mercado actual, reorientarse para transformarse en empresas de paquetería que permitan reducir las aportaciones del erario público a través de los ingresos que se generen con el negocio asociado al comercio electrónico.

El debate no es pacífico, está lejos de estar resuelto y genera gran controversia, aunque en poco tiempo, dado el actual grado de incertidumbre, puede variar drásticamente.

Precisamente en este mismo sentido, también puede tener su impacto sobre el modelo de negocio de los operadores postales públicos en toda Europa, la apertura que se está viviendo en los sistemas de entrega de e-commerce, que están pasando de ser puramente domiciliarias a realizarse en otros ámbitos, como en puntos de conveniencia o por medio de consignas.

Es en este terreno donde los operadores postales públicos, aprovechando su amplia cobertura territorial y la densa red de oficinas con que cuentan, pueden lograr una importante ventaja competitiva en la perpetua persecución de una gestión adecuada de la logística de las devoluciones y de las entregas fallidas en el e-commerce, auténtico Santo Grial para el sector.

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