La paquetería y el sector postal, en la encrucijada

Las movilizaciones de los trabajadores de Correos, la desaparición de Unipost, el cambio de Gobierno, el auge de la paquetería y su influencia sobre la actividad del operador postal público marcan la actualidad de un sector postal que vive una revolución.

11/06/2018 a las 21:16 h

Tras el cierre de Unipost, en su momento uno de los operadores postales privados más grandes de Europa por cobertura y número de empleados, Correos parece actuar como amo y señor del mercado postal en España, según algunos empresarios del sector.

Sin embargo, en un mercado con caídas superiores al 5% en los últimos años y con la asignación presupuestaria para cubrir el servicio postal universal cada vez más menguante, Correos parece haber cambiado de modelo de empleo, según los sindicatos, para centrarse en un modelo de trabajos precarios, en el que abundan los contratos a tiempo parcial y temporales.

Esta situación también tiene su influencia en la negociación colectiva, ya que las condiciones del convenio colectivo de Correos repercuten en las del convenio de entrega domiciliaria, cuyas negociaciones permanecen actualmente bloqueadas, y viceversa.

Este cambio de modelo ha conducido a movilizaciones de los empleados del operador postal público que, como han anunciado las centrales sindicales, continuarán de acuerdo al prolongado calendario establecido, pese al cambio de Gobierno.

De igual modo, en el actual momento del sector postal también influye la falta de continuidad en la gestión del operador postal público que depende de nombramientos políticos que de verdaderos gestores que le impriman una línea estratégica sostenida en el tiempo, más allá de los cambios de Gobierno.

Crecer en paquetería

En este esquema, parece que Correos se está focalizando en crecer en paquetería, mercado en el que todos los operadores se centran, ante un escenario de guerra de precios, en competir por volumen, mientras que mantiene en franco retroceso su área de actividad postal y para ello utiliza descuentos en algunos concursos que superan el 60%, circunstancia que impide que otros operadores postales privados puedan competir en igualdad de condiciones, tanto por precio como por medios técnicos y humanos.

Sin embargo, esta situación no es exclusiva de España, sino que también es extrapolable, con ciertas salvedades, a otros países europeos en los que un operador postal cuenta con una importante rama de actividad de paquetería, como se ha explicado en la jornada sobre el sector postal que ha celebrado esta semana Uno en la sede madrileña de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Incluso algunos directivos del sector también alertan del impacto que podría tener sobre el sector el hecho de que Alibabá decidiera finalmente instalarse en España, tal y como ya ha informado Cadena de Suministro, y estuviera en condiciones de aprovechar los acuerdos que tiene Correos con otros operadores postales públicos europeos para repartir en condiciones ventajosas la mercancía del gigante chino del comercio electrónico en todo el continente.

Así las cosas, parece que desde hace más de un lustro falta una definición del mercado postalque sirva para que el operador postal público se centre en dar servicio en aquellos servicios deficitarios, como por ejemplo los servicios de paquetería en áreas rurales, o que, por contra, la obligue a adecuar su funcionamiento a una gestión empresarial que busque unas cuentas saneadas.

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