DKV Mobility se ha fijado el objetivo de reducir en un 30% la intensidad de carbono de las flotas de sus clientes para el año 2030, en comparación con los niveles de 2019, basados en un futuro en que las estaciones tradicionales se conviertan en estaciones multicombustible, ofreciendo diversas opciones de combustibles alternativos, y que los operadores adopten una flota mixta o híbrida.
La plataforma europea de pagos y soluciones en carretera ha subrayado asimismo, que según un estudio, de Boston Consulting Group, si el escenario se vuelve multienergético, la demanda de gasolina para vehículos ligeros podría disminuir entre un 50% y un 70% para 2035.
Esto podría afectar entre el 60% y el 75% de las estaciones de servicio actuales, poniendo en riesgo su rentabilidad. Un escenario que depende de varios factores, incluyendo la expansión de la infraestructura de combustibles alternativos, como los puntos de recarga eléctrica.
Actualmente, señalan, existe una brecha en la infraestructura pública para vehículos eléctricos de hidrógeno y batería, la cual debe cerrarse para facilitar la transición.
En este sentido, DKV Mobility apoya a los propietarios de flotas ligeras en su transición hacia energías alternativas, ofreciendo soluciones de tarjetas de servicio y herramientas digitales de facturaciónque se adaptan a diferentes tipos de repostaje y recarga.
La compañía ofrece asimismo una red de suministro que abarca 468.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos y 20.000 estaciones de combustible alternativo.
Por otro lado, además de los combustibles alternativos, DKV Mobility cuenta con unas 64.000 estaciones de servicio tradicionales y servicios digitales que monitorean las emisiones de CO₂ y contribuyen a la protección del clima.
La empresa cree por último en la coexistencia de tecnologías como las baterías eléctricas, el hidrógeno y otras, las cuales contribuirán a una combinación energética saludable para alcanzar objetivos climáticos ambiciosos y avanzar con éxito hacia una energía limpia.
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