El Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde esta misma semana a la modificación de las Normas Urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.
Con estos cambios, las autoridades municipales de la capital pretnden adecuar el urbanismo al presente y futuro de la ciudad, adaptar las normas a las necesidades de la sociedad y abrirse a las nuevas tendencias europeas, a la inversión y al empleo.
En este sentido, según el Consistorio, se plantean mejoras en materia de sostenibilidad, se apuesta por novedades en lo residencial, dotacional y logístico, se permite la hibridación de usos para recuperar zonas de la ciudad que en la actualidad están obsoletas, se apuesta por edificios más verdes y confortables y se da una mayor claridad y seguridad jurídica en todos los ámbitos.
Por lo que respecta al uso de servicios de almacenaje con reparto a domicilio y la logística, las normas quieren definir un criterio claro en cuanto a su posible impacto en el entorno, primando su implantación en polígonos industriales y limitando su actividad en zonas residenciales.
Así, se limita su implantación en ámbitos residenciales a locales de uso industrial con un máximo de 350 m² de superficie, con la obligación de que tengan en el interior del establecimiento las zonas de espera, carga y descarga y estancia de los transportistas.
De igual manera, además, se exigirá, tal y como ya se preveía, un estudio de movilidad para conocer el impacto que tendrá en la zona. Precisamente este es uno de los puntos que el sector logístico considera más críticos para determinar si se va a facilitar la instalación de hubs de logística urbana o si, por el contrario, los criterios para su integración en el entorno seran tan exigentes que limitarán su despliegue.