Una grupo de conductores de países del este de Europa han puesto en marcha una segunda huelga salvaje en un área de descanso ubicada en la localidad alemana de Grafenhausen.
Con esta acción pretenden llamar la atención sobre los problemas sistémicos que afectan al transporte por carretera en Europa y las malas condiciones de trabajo.
De igual manera, con la protesta se exige el pago de sus emolumentos salariales adeudados por las empresas polacas Mazur Group y Agmaz-Lukmas-Imperia.
La movilización implica, como reporta la federación sindical ETF, a más de 130 camiones y sus conductores, oriundos de Georgia, Uzbekistán, Ucrania, Kazajistán, Filipinas y Tayikistán, se encuentran reunidos en el área de descanso.
La huelga se desarrolla en Alemania para aprovechar que la legislación de este país obliga a los clientes, entre los que se encuentran algunas de las mayores multinacionales del continente, de los transportistas a prevenir y mitigar los abusos de los derechos humanos y garantizar que los derechos de los trabajadores estén protegidos a lo largo de toda la cadena de suministro.
Algunos conductores ya habrían recibido sus salarios atrasados, mientras que la gran mayoría reclama que se le abone lo que se les debe y, al mismo tiempo, reclaman mejoras en sus condiciones de trabajo y que incluyen largas jornadas de trabajo, la obligación de vivir exclusivamente en sus camiones y otras prácticas laborales que atentan contra la seguridad en el trabajo.
