Prótesis

El ser humano siempre ha buscado a través de la tecnología ampliar sus facultades para obtener el máximo beneficio frente al menor gasto de tiempo y energía, y lo ha hecho buscando ampliar sus sentidos y sus capacidades, todo un sistema de combinaciones como si fueran prótesis que complementan o multiplican al ser humano, siempre a partir de la proyección de lo que se quiere llegar a ser.

Prótesis es algo que ponemos delante para suplir o bien para mejorar y perfeccionar; así prótesis es un brazo hecho en una impresora 3D, y la ropa cada vez más tecnificada, y también un patinete eléctrico, o un coche, o un avión, o un ascensor, o un robot de cocina, o un telescopio, o un radar, o un simple cuaderno, o bien un ordenador.

Prótesis es la inteligencia artificial, la medición de datos compilados hasta el límite de la saturación con los que interpretar patrones de comportamiento, sea de movilidad, de consumo, de simpatías o fobias, de acción y reacción.

Prótesis es una visión a futuro, algo que ponemos por delante, una proyección de lo que queremos llegar a ser. Por ejemplo, ¿nos podemos imaginar y confiar en un mundo en el que la abundancia sea realmente una ley universal que provea a todos los seres humanos de lo más esencial y ello descargue la necesidad tan querida como absurda de acumular?

Algunos sí lo han imaginado, y así, un escocés ha creado una fundación (Mary’s Meals) cuyo único fin es servir una buena comida diaria a cada niño o niña en su colegio en países pobres, es decir, empiezan por lo primero, el alimento, pensando en el desarrollo de la mente y de sus capacidades sociales.

Otro ejemplo, ¿podemos pensar en un desarrollo económico y social sin inundar de plásticos la tierra, los ríos o los mares? Parece que el proyecto Homeward Bound, ha reunido a científicas de varios países para investigar y además dar visibilidad al liderazgo femenino en asuntos de interés social como el cambio climático o el desarrollo sostenible.

Porque antes que actuar hay que ver, y hay cosas que se ven de pronto, hay un caer en la cuenta de algo que aparece muy evidente delante de nosotros y que parece mentira que no lo hubiéramos visto antes. Pero es cuestión de entrenamiento.

Hay quien mira un trozo de pan y es capaz de ver la combinación de naturaleza, trabajo, tecnología, transporte, comercio, gastronomía, cultura, es decir relación, personas y redes en definitiva.

Hay quien mira un molino eólico y ve el aire invisible que es capaz de mover unas palas majestuosas. Hay quien mira un simple correo electrónico y ve la empresa y los trabajadores que hay detrás. Hay quien mira a una persona y ve todos los años y edades que ha sido y los que le quedan, sus ascendentes y descendientes.

El mundo del transporte y la logística trata de personas. Sin duda las TIC, el blockchain, el IoT, big data, la inteligencia artificial, 5G, las impresoras 3D, la robótica, la nanotecnología, etc, son prótesis que el ser humano ha ido creando para solucionar problemas, para ser más capaces, y abordar retos mayores.

Pero reposemos un momento, y miremos con perspectiva, porque nuestra actividad en relación con la logística y el transporte no va solo de máquinas, ni de ciencia, ni de tecnología, ni de inmologística, ni de empresas en competencia.

No. Las personas son el centro: su bienestar, su cuidado y su seguridad han de ser la clave para que nos movamos y tomemos decisiones y actuemos los poderes públicos y las empresas privadas. Para ello, reordenemos el pensamiento, veamos lo que no se ve a simple vista, pongamos prioridades en nuestros valores, proyectemos desde ahora lo que está por venir para dotarnos de lo que puede suplir nuestras carencias.

Juan Miguel Sánchez

Vocal del Consejo Nacional de Transporte Terrestre Miembro del Think Tank Movilidad