La Agencia Europea de Seguridad Marítima ha elaborado dos informes destinados a la Comisión Europea en los que se analizan las posibilidades de los biocombustibles y el amoníaco como energías alternativas en el transporte marítimo.
Para ello, la institución comunitaria se ha ayudado de una serie de indicadores, entre los que se incluyen la disponibilidad de ambas fuentes de energía, la sostenibilidad, así como sus implicaciones en costes y seguridad.
Por un lado, con relación a los biocombustibles, los trabajos señalan que las normativas del sector existentes actualmente para los derivados del petróleo pueden aplicarse a esta energía sin problema, dado que los riesgos de seguridad son muy similares en ambos casos.
Sin embargo, al análisis también apunta serias dudas sobre la disponibilidad futura de biocombustibles sostenibles, dado el tamaño de cualquier demanda potencial del sector marítimo.
Por otra parte, con respecto al amoníaco, los análisis reflejan el creciente interés que levanta el uso de amoníaco verde. En este sentido, los informes concluyen que esta energía facilitar hacer una transición rápida, dada su facilidad para convertirse en alternativa de mercado y sus posibilidades como solución energética como mínimas emisiones cero de carbono.
Pese a ello, el análisis también indica que la industria tiene poco conocimiento acumulado sobre su uso, por lo que necesita trabajar para comprobar los riesgos potenciales relacionados con la seguridad y otros desafíos que plantea.
Además, el estudio ha identificado una serie de barreras para el despliegue generalizado de amoníaco, incluido el acceso a electricidad renovable para su producción ecológica, y brechas tecnológicas y regulatorias que podrían impedir su aplicación inmediata.