La producción de remolques y semirremolques en 2021 ha comenzado con aumentos respecto a los primeros meses del 2020, pero para explicar esta evolución y poder hacer una mejor previsión es necesario partir de lo ocurrido el año pasado.
Como primer indicador, el índice de producción industrial elaborado por el INE refleja en números lo que ha representado 2020 para las fábricas. La bajada de producción industrial se sitúa en un -9,4% medio, un -15,5% en bienes de equipo y un -18,4% en fabricación de vehículos a motor, remolques y semirremolques. Pero el sector de semirremolques ha tenido una caída media en torno al -13% y el sector de fabricantes nacionales del -8%. Esto significa que se ha comportado relativamente mejor que el resto de industrias comparables, debido a que suministra equipos a un sector especialmente tan importante durante la pandemia como el del transporte por carretera.
Sin embargo, hay una característica distintiva que afecta a la planificación de la producción, que es la enorme sensibilidad de las matriculaciones de vehículos industriales a los acontecimientos y a la confianza de las empresas de transporte. Así, cuando en abril el índice de producción industrial caía un -34%, los semirremolques bajaban aún más hasta el -45%, pero cuando en diciembre la producción general aumentaba hasta casi igualar al año anterior, este sector subía un +35%.
Estos dientes de sierra, unidos a la estacionalidad por tipos habitual y a unos primeros momentos de confinamiento con dificultades de capacidad y aprovisionamiento, ha complicado la labor en las fábricas durante todo el año. El año terminó con un aumento importante en el número de pedidos para el 2021y en algunos tipos se han disparado los plazos de entrega.
[sumario]La entrada de pedidos mejora pero todavía no es estable, lo que da una sensación de incertidumbre que se va despejando según avanzan las semanas”[/sumario]
En enero y febrero se han superado las cifras del 2020 por tres causas. Primero, se ha alargado algo la temporada del frigo, con una retirada de unidades mayor a lo habitual. Segundo, el aumento de lonas que habían estado muchos meses en retroceso, acompañando ese aumento de producción industrial general. Y tercero, un repunte en el número de portacontenedores. El resto de tipos tienen bajadas más o menos acusadas, siguiendo los dientes de sierra de una demanda discontinua, pero con tendencia positiva.
Por eso, la suma de todos los tipos no da la imagen real del sector, que mantiene una actividad aceptable en general con algunos buenos resultados puntuales. La entrada de pedidos mejora pero todavía no es estable, lo que da una sensación de incertidumbre que se va despejando según avanzan las semanas. La previsión es de acercarnos a las cifras de 2019 en los primeros siete meses del año, con un febrero mejor al del año pasado y con los siguientes meses subiendo respecto a 2020 por comparación con los peores meses del confinamiento. Para los próximos tres meses se esperan cifras normales, con el habitual descenso de actividad estacional, y una progresiva reactivación posterior de forma parecida a lo que ocurrió hace dos años.
En resumen, 2020 comenzó con bajadas en los primeros meses, que se acentuaron con el parón de marzo-abril y remontaron después del verano, especialmente al final del año. El 2021 empieza en positivo, con tendencia general buena pero desigual en los distintos tipos. No se espera una recuperación rápida, pero sí que se prevé una mayor estabilidad y un aumento sostenido de la demanda según avancen los meses.
