Las razones detrás del fracaso del último paro de Plataforma

Plataforma no ha medido bien sus apoyos y se ha precipitado a la hora de convocar un paro abocado desde su inicio al fracaso.

13/02/2024 a las 9:06 h
La convocatoria del paro ha sido un tanto precipitada.
La convocatoria del paro ha sido un tanto precipitada.

A falta de las "declaraciones y explicaciones correspondientes", son varias las razones que explican la abrupta desconvocatoria del paro indefinido que puso en marcha la Plataforma Nacional para la Defensa del Sector Transporte el pasado sábado, 10 de febrero:

Convocatoria precipitada

Por multitudinaria que fuera la asamblea celebrada en las inmediaciones del estadio Metropolitano de Madrid, Plataforma tendría que haber seguido otros cauces más descentralizados porque las movilizaciones se realizan sobre el terreno, no desde un núcleo único, tal y como ha podido constatarse, especialmente en un sector tan diverso y atomizado.

Precisamente en marzo de 2022, la movilización se canalizó en cada zona casi de manera independiente y con plena autonomía en un ambiente de fuerte crispación y con un sector muy dañado por los estragos de la crisis sanitaria.

Plataforma se ha visto condicionada por los acontecimientos que han precipitado las movilizaciones agrarias primero en Francia, y después en España.

Reivindicaciones diluidas

El paro de transportistas convocado por Plataforma se enmarca en un movimiento social más amplio que, independientemente de la legitimidad de su diversas aspiraciones en múltiples ámbitos, contribuye a diluir las reivindicaciones de los transportistasen relación con las condiciones que pide el sector.

Así pues, los transportistas podrán estar de acuerdo o no con las reclamaciones del campo, pero tampoco han comprendido por qué les ha afectado a ellos en el desarrollo de sus servicios. Ni en Francia antes, ni en las carreteras españolas ahora.

De igual manera, las movilizaciones agrarias también sufren el desgaste tras varios días seguidos de paros y cortes de carretera, de tal modo que el clima de crispación ha ido perdiendo intensidad.

El Comité Nacional

Si en ocasiones anteriores, Plataforma había conseguido abrir una brecha entre las asociaciones del Comité Nacional de Transporte que agrupan a un mayor número de autónomos y pequeños transportistas, ahora las patronales consolidadas han conseguido hacer un frente común al órdago de Plataforma, totalmente conscientes de que se jugaban otra vez su papel como interlocutores eficaces del sector.

De igual manera, también ha pesado mucho el hecho de que muchos de los transportistas que se movilizaron en marzo de 2022 y que fueron sancionados por diversos actos relacionados con estas protestasse vieron desprotegidoscuando llegaron mal dadas y tuvieron que recurrir a las asociaciones más veteranas de las que formaban parte para conseguir defensa legal.

Como consecuencia, el fracaso de Plataforma supone un triunfo aplastante y casi definitivo del Comité Nacional de Transporte.

Presión administrativa y policial

La convocatoria de marzo de 2022 sorprendió a Transportes e Interior, que parece que aprendieron aquella lección y que en esta ocasión han realizado labor de inteligencia y contención con mayor eficacia. En este mismo sentido, también ha ayudado que la movilización en este 2024 no ha sido ni de lejos, ni desde el primer momento, la que se produjo hace casi dos años.

Desgaste

La continua estrategia de enfrentamiento que ha venido desarrollando Plataforma desde 2022 provoca desgaste y desencantoentre sus seguidores. Subir el tono cada vez más conduce a una espiral enloquecida y agresiva que acaba por agotar a aquellos que esperaban resultados, pero que con el paso del tiempo no sólo no constatan avances, sino que ven cómo otros sí que logran canalizar su interlocución para obtener mejoras.

De igual manera, los últimos mensajes de la organización tenían un cierto tono mesiánico que ha debido de dejar descontentos a muchos seguidores dispuestos a movilizarse dentro de un colectivo.

En definitiva, Plataforma se ha equivocado al precipitar un paro en el transporte sin antes calibrar bien sus apoyos dentro del sector, sin medir adecuadamente si el momento era adecuado y, principalmente, sin ver claramente si se enfrentaba a gigantes o a aspas de molino.

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