
La Autoridad Portuaria de Tarragona trabaja para mejorar el muelle de Cataluña y poder recibir así buques más grandes para el nuevo tráfico de mineral de hierro, que sustituirá paulatinamente al de carbón, cada vez más residual. Con un presupuesto de 2,1 millones, esta inversión permitirá al puerto acoger nuevos tipos de barcos, de mayor tonelaje, dando respuesta a las nuevas necesidades generadas por la llegada de este tráfico.
El elemento clave del proyecto es la instalación de 28 defensas marítimas, diseñadas para absorber la energía de atraque de los grandes buques. Las defensas actuales del muelle incluyen modelos como el Escudo SC 1250-H-Re, instalados en 2015, que necesitan ser actualizados para absorber la energía de atraque generada por estos barcos con las cargas previstas.
El puerto ha optado por la instalación de un modelo de defensa tipo escudo para acoger este tipo de barcos y operativas, después de un exhaustivo estudio de ingeniería sobre la absorción de energía necesaria (2.642 KNm), la presión máxima sobre el casco, las dimensiones de la viga cantil del muelle y la necesidad de acercar al máximo el barco.
Las nuevas defensas se colocarán a la altura de cada noray a lo largo de todo el muelle, con una longitud total de 647 metros, si bien el puerto ha diseñado una instalación por fases. Antes de empezar el procedimiento de montaje, se retirarán las actuales y la primera fase consistirá en el montaje de las primeras 15 unidades, mientras que en la segunda se procederá a la instalación de las 13 últimas.
En total, está previsto que la instalación dure siete meses, tiempo tras el cual el muelle podrá acoger barcos de mayor capacidad, optimizándose las operaciones de carga y descarga, y aumentando su competitividad en términos de logística.