El Centro de Gestión del Tráfico de Euskadi ha prohibido totalmente la circulación de vehículos de más de 7,5 de MMA.
La celebración de la cumbre del G-7 en la localidad francesa de Biarritz está generando importantes problemas para el transporte internacional español, debido, sobre todo, a que a la acción de los cuerpos de seguridad galos se han sumado operativos especiales tanto de la Guardia Civil, como de la Ertzaintza, que, de hecho, han supuesto el blindaje de la frontera de Irún para el paso de vehículos pesados entre el 23 y el 25 de agosto.
De hecho, el Centro de Gestión del Tráfico de Euskadi ha prohibido totalmente la circulación de vehículos de más de 7,5 de MMA que no cuenten con autorización expresa la circulación desde las seis de la mañana del 24 de agosto hasta las seis de la tarde del 26 de agosto, por todas las carreteras guipuzcoanas que lleguen a la frontera.
En la N-1 desde Echegárate, por la A-15 desde Berastegui, por la N-121-A entre Puntxas e Irún y por la A-8 desde el peaje de Zarauz, pese a que las autoridades francesas habían establecido ventanas de paso para camiones, en una medida que Fenadismer tilda de "absolutamente desproporcionada e injustificada".
Además, a estas restricciones se unen las existentes en Navarra el sábado en la N-121-B y N-135, lo que dibuja una paralización total en el paso occidental de los Pirineos que afecta a gran parte de las empresas de transporte internacional que se han visto obligadas a desviarse hacia La Junquera, con los consiguientes incrementos de costes.
De igual modo, es previsible que esta situación desemboque en largas colas una vez se retiren las prohibiciones de circulación para vehículos pesados en el paso de Biriatou e Irún durante este lunes 26 de agosto.
Se esperan afectaciones en los circuitos de subida para las exportaciones hacia los mercados europeos, ante los más que previsibles retrasos en el regreso de los vehículos a sus bases de origen, e incluso escasez de camiones para cubrir los tráficos de la última semana de agosto.