La Fundación Valenciaport ha participado en la reunión de arranque del proyecto ILIAD, financiado a través del programa europeo Horizonte 2020, para poner en marcha un gemelo digital del océano que proporcionará predicciones muy precisas sobre la evolución futura de los mares.
La iniciativa, de la que forman parte 56 socios de 18 países de Europa, Oriente Medio y el norte de África, está coordinada por Intrasoft Internacional y cuenta con un presupuesto de 17 millones de euros y un plazo previsto de 36 meses, por lo que terminará en enero de 2025.
A través de ella, se desarrollarán modelos virtuales que reflejarán los cambios y procesos que se producen en el océano y se comercializará un modelo interoperable, con gran cantidad de información y económicamente rentable, aprovechando los datos proporcionados por muchas fuentes diferentes y tecnologías como el Internet de las Cosas, las redes sociales, el Big Data y la computación en la nube, entre otros.
ILIAD combinará la modelización de alta resolución con la detección en tiempo real de los parámetros oceánicos, los algoritmos avanzados para la previsión de eventos espacio-temporales y el reconocimiento de patrones. Las representaciones virtuales consistirán en varias réplicas digitales del océano en tiempo real o casi real.
Además, se creará un mercado para distribuir aplicaciones, plug-ins, interfaces, datos en bruto, datos de ciencia ciudadana, información sintetizada y servicios de valor añadido en combinación con el Gemelo Digital del Océano.
En el caso de la Fundación Valenciaport, trabajará activamente en conocer y evaluar la influencia que tiene el tráfico marítimo en los puertos sobre el incremento de especies invasoras en el mar Mediterráneo, para poder tomar medidas de prevención y mitigación del impacto en la biodiversidad, la economía azul y la salud.
También se aprovechará este programa para el control y gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques, a través de acciones de modelización mediante vigilancia a través de imágenes satélite y el uso de datos del programa marino Copernicus, controlando el tráfico del puerto de origen-destino.
