La semana pasada, la Comisión Europea dio el visto bueno al incremento del techo de gasto en ayudas de minimis desde los 200.000 euros actuales, hasta los 300.000 euros en un plazo de tres años, aprovechando que este marco legal toca a su fin el próximo 31 de diciembre.
De esta manera, el colegio europeo de comisarios pretende adaptar el esquema regulatorio de estas ayudas a los efectos que está teniendo la espiral inflacionista del último año sobre el conjunto de la economía comunitaria, sin perjudicar la libre competencia dentro de la Unión.
Además, para conseguir un mayor control de estas subvenciones, al mismo tiempo, también se propone que todas estas ayudas de minimis se remitan a un registro central, ya sea nacional o europeo para enero de 2026, con el fin de reducir, además, las trabas burocráticas para las empresas solicitantes.
Este incremento de las ayudas de minimis hasta los 300.000 euros permitirá, si así lo deciden los Estados miembro, que lleguen a todos los operadores de transportede la Unión, según estima la Iru.
Así mismo, con estos cambios se pone fin a lo que la asociación internacional considera una histórica discriminación para las empresas de transporte, ya que hasta ahora estas compañías solo podían optar a la mitad de las ayudas que podían recibir empresas de otros sectores.
En particular, este nuevo tope podría tener un gran potencial para generar ayudas que permitan al transporte hacer una transición energética eficaz.
En este sentido, la Iru considera que, aunque este cambio normativo no genera ningún fondo adicional de sostenibilidad para el transporte, sí que pone el marco para que los Estados miembro puedan articular políticas que faciliten la renovación de la flota de transporte de la Unión Europea a partir de ayudas de minimis.
