El transporte mira al hidrógeno bajo en carbono para sus objetivos de sostenibilidad

La demanda de este producto ha aumentado en todos los sectores y se prevé que nuevas áreas de aplicación, como el transporte pesado, el marítimo y la aviación, también lo hagan.

12/04/2023 a las 10:19 h

El hidrógeno bajo en carbono, aquel que esté por debajo del umbral de emisiones propuesto por la UE de 3,38 kg de CO2 equivalente por kg de hidrógeno, se está convirtiendo en una de las energías más prometedoras para acelerar la descarbonización de los sectores con altas emisiones.

Así lo desvela el nuevo informe del Instituto de Investigación de Capgemini "Hidrógeno Bajo en Carbono – Un Camino hacia un Futuro más Verde", que revela que el 62% de las empresas de la industria pesada de sectores como el transporte pesado, la aviación, el transporte marítimo, la siderurgia, la industria química y el refinado están considerando esta alternativa para sustituir a los sistemas que emiten grandes cantidades de carbono.

Así, el sector de Energía y Utilities espera que el hidrógeno con baja emisión de carbono cubra el 18% del consumo total de energía para 2050, por lo que está impulsando la inversión en toda la cadena de valor, especialmente en el desarrollo de infraestructuras de hidrógeno, electrolizadores rentables y pilas de combustible.

Dentro de este mismo sector, el 63% de las organizaciones considera que este tipo de hidrógeno fundamental para descarbonizar las economías, y el 62% piensa que puede ayudar a los países a reducir su dependencia de los combustibles fósiles y promover su independencia energética.

Por término medio, las organizaciones de Energía y Utilities destinarán el 0,4% de sus ingresos anuales totales al hidrógeno bajo en carbono de aquí a 2030, en particular al transporte y la distribución de la energía del hidrógeno (53%), la producción (52%) y la I+D (45%).

Crece la demanda y la inversión en hidrógeno bajo en carbono en todos los sectores

En todos los sectores y zonas geográficas, la demanda de hidrógeno ha aumentado más de un 10% en los últimos tres años. Se prevé que esta demanda siga creciendo, sobre todo en las áreas de aplicación tradicionales del hidrógeno como el refinado de petróleo, los productos químicos y los fertilizantes.

Además, se prevé que nuevas áreas de aplicación, como el transporte pesado, el marítimo y la aviación, aumenten su demanda de hidrógeno. Aunque estos nuevos usos pueden tardar más en madurar, el informe señala que las organizaciones de estos sectores son optimistas sobre su potencial.

Sin embargo, el verdadero potencial reside en aquellos sectores en los que la electrificación no es una opción y los casos de uso pueden realizarse a corto plazo dados los volúmenes de producción localizados.

Si nos detenemos en el caso concreto de España, el 40% de las organizaciones afirma que el hidrógeno producido a través de la tecnología de captura, almacenamiento y uso de carbono no es sostenible desde el punto de vista medioambiental ni siquiera con la extracción del carbono, en consonancia con el 44% de la media global.

En cuanto a la inversión, en 2022, las organizaciones de Energía y Utilities españolas destinaron sólo un 13% de las inversiones en hidrógeno bajo en carbono, en comparación con la media global que las duplica. Sin embargo, en 2050 las inversiones en España se dispararán hasta el 96%.

De este modo, a partir de mediados de la década de 2030, el hidrógeno bajo en carbono podría llegar a ser competitivo en costes, si bien la mayoría de las organizaciones españolas, un 48%, esperan que el coste del hidrógeno bajo en carbono disminuya de forma constante y sea estable en 2040.

Con respecto al nivel de preparación tecnológica actual, el 40% de las organizaciones españolas de este sector se encuentra en la fase de pruebas experimentales, seguido del 28% que está en procesos de validación en ecosistema. La media global se sitúa en 32% y 30% respectivamente.

Por último, para las organizaciones de nuestro país encuestadas, los principales desafíos en cada etapa de la cadena de valor están relacionados con el alto coste. En primer lugar, del almacenamiento (100%), en segundo de su producción en zonas alternativas (93%) y en tercero, del transporte de hidrógeno gaseoso (84%).

 

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