En febrero de 2019, VIIA, perteneciente a SNCF, inauguraba oficialmente el primer servicio de autopista ferroviaria con origen o destino en la península ibérica. Este sistema ha sido desarrollado para el transporte por ferrocarril de semirremolques, sin la cabeza tractora y sin conductor, utilizando vagones especializados.
Una vez en la terminal de llegada, el semirremolque es recogido por una nueva tractora, de manera que las largas distancias sean cubiertas por tren y los últimos kilómetros por carretera.
El servicio, que contribuirá a la descarbonización del transporte de mercancías en el país, se inicia en la terminal intermodal de Can Tunis, operada por el Grupo Alonso en las proximidades del puerto de Barcelona.
Desde allí, pasa hacia Francia a través del túnel de El Pertús, para terminar su recorrido en la terminal de Bettembourg, en Luxemburgo, que gestiona CF, tras un trayecto de 22 horas.
Operada por Renfe Mercancías en el tramo ibérico y por SNCF desde Perpiñán, esta línea se inició con una frecuencia de cinco trenes semanales de ida y vuelta, con la previsión de llegar a seis poco después.
Todo esto ha supuesto un incremento del tráfico ferroviario entre España y Europa, además de contribuir a potenciar Barcelona como nodo logístico internacional.
Cada uno de los trenes tiene capacidad para transportar hasta 1.500 toneladas de mercancía en vagones porta-semirremolques específicos y en vagones para contenedores.
Además, se trata del primer servicio que tiene origen en la península ibérica en el que se cargan semirremolques P400, lo que permite ahorrar alrededor de una tonelada de CO2 por unidad en cada viaje.
Esto equivale a un ahorro anual de 23.070 toneladas, apartando hasta 22.090 camiones de la carretera.
Para completar su oferta en España,, VIIA ha cerrado recientemente una colaboración con Multirail, de modo que sus clientes podrán transportar también sus contenedores desde Luxemburgo hasta Sevilla, San Roque y Córdoba.
