Las tasas de carga entre China y EEUU alcanzan su máximo nivel en dos años

Es preciso tener en cuenta que las las fábricas de China cerrarán para celebrar la 'Golden Week' del 1 al 8 de octubre.

10/09/2020 a las 19:04 h

Desde principios del mes de junio, las tasas de carga entre China y Estados Unidos están aumentando de forma prácticamente ininterrumpida. En concreto, en la última semana se ha registrado un ascenso del 8% respecto a la anterior en los precios entre el país asiático y la costa oeste estadounidense, llegando a los 3.720 dólares/FEU.

Este precio está también un 146% por encima del mismo momento del año anterior y es su nivel más elevado en los últimos dos años. Por su parte, las tasas entre China y la costa este han aumentado un 9% hasta los 4.482 dólares/FEU y se mantienen un 51% por encima de las del mismo periodo de 2019.

La demanda del transporte marítimo desde China hacia el exterior aún sobrepasa a la oferta disponible, lo que está llevando los precios al máximo en lo que respecta a Estados Unidos. En este sentido, aunque son muchas las navieras que han renunciado a aplicar recargos por los nuevos límites de azufre de la OMI, el descuento apenas se ha notado debido al aumento de las tasas.

'Golden Week'

Teniendo en cuenta que del 1 al 8 de octubre, las fábricas de China cerrarán para celebrar la 'Golden Week', parte del aumento de la demanda puede ser atribuido a la necesidad de los clientes de hacerse con un acopio de material con antelación.

Los operadores, por su parte, ya han empezado a cancelar algunas rotaciones entre Asia y Europa, así como entre Asia y Norteamérica, anticipándose a la caída de la demanda en esos días. En cualquier caso, el incremento de los precios que esto ha provocado entre Asia y Europaestá muy lejos del registrado en el comercio transpacífico, con un 34% respecto al 146% de la costa oeste de EEUU.

Además, el aumento de los volúmenes está llevando a una falta del equipamiento necesario en Asia, por lo que algunos cargadores ya están pagando un extra para garantizarse un espacio en los barcos portacontenedores. Este desequilibrio también supone una presión para los puertos e importadores estadounidenses, que ya están sobresaturados, puesto que no tienen tiempo para procesar las cargas y devolver los contenedores vacíos con la debida agilidad.

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