Por coste, sostenibilidad y servicio, el gas es el futuro del transporte (1ª parte)

En el transporte pesado de larga distancia, el gas natural vehicular se ha convertido en una alternativa que ha ido ganando peso por versatilidad, coste, eficiencia y flexibilidad.

17/06/2018 a las 22:17 h

En los últimos años, grandes cargadores han involucrado a todos los actores que intervienen en sus cadenas logísticas en políticas de control de emisiones contaminantes. En los últimos años, grandes cargadores han involucrado a todos los actores que intervienen en sus cadenas logísticas en políticas de control de emisiones contaminantes.

Coste, responsabilidad medioambiental y presión de los clientes son elementos que marcan el auge del gas natural en el transporte de mercancías, un segmento que no para de crecer a medida que se incorporan nuevos modelos y los camiones de gas alcanzan mayores potencias. Además, los transportistas que tienen unidades de gas en sus flotas, lejos de renegar, tienen intención de incorporar más unidades de gas.

En el sector del transporte, el cliente manda. Y en los últimos tiempos, una de las principales preocupaciones de gran parte de los cargadores tiene que ver con la sostenibilidad y con la reducción de impacto medioambiental de sus actividades a través del control de la huella de carbono.

Para muchos clientes, especialmente para grandes multinacionales y empresas preocupadas por la responsabilidad social corporativa, la reducción de la huella de carbono pasa principalmente por la reducción de emisiones en su cadena de suministro.

En los últimos años, grandes cargadores han involucrado a todos los actores que intervienen en sus cadenas logísticas en políticas de control de emisiones contaminantes.

[sumario]El gas natural vehicular se ha ido convirtiendo en una alternativa en el transporte pesado de larga distancia por versatilidad, coste, eficiencia y flexibilidad.[/sumario]

En el terreno del transporte las principales medidas pasan por una tendencia a ganar capacidad de carga en las unidades de transporte, buscar equipos más eficientes y por el uso de combustibles más limpios.

En el transporte pesado de larga distancia, el gas natural vehicular se ha convertido en una alternativa que ha ido ganando peso por versatilidad, coste, eficiencia y flexibilidad.

Tras unos inicios titubeantes, en los que la falta de puntos de repostaje, una autonomía  reducida y la poca potencia de los camiones hacían muy dificil su implantación, a juicio de algunos responsables de empresas de transporte de mercancías por carretera, los avances tecnológicos, las inversiones de los fabricantes, las mejoras en su mantenimiento y el lanzamiento de unidades más potentes con rendimientos similares a los de sus equivalentes diésel, han hecho que muchos transportistas empiecen a ver el GNL como una alternativa a considerar para sus flotas.

Incluso una amplia mayoría de los empresarios que utilizan vehículos de gas se inclinan por dar mayor protagonismo a estas unidades en su flota.

Junto con todas estas circunstancias, la experiencia de los fabricantes en el uso del gas para camiones también ha ido ganando profundidad, al tiempo que se han multiplicado los modelos capaces de impulsarse con esta fuente de energía.

A esta evolución en el uso de gas natural para la propulsión de camiones se une el coste del combustible, inferior al del gasóleo que, por su parte, también se encuentra en un proceso de convergencia impositiva con el resto de países de la UE, lo que conllevará incrementos en su precio de venta.

Potencia y conducción

A medida que la tecnología ha hecho su rodaje, el mercado de vehículos de gas se ha ido ampliando hasta incorporarse unidades de más de 400 CV.

Esta tendencia ha hecho, por un lado, que se amplíe el rango de uso de estos camiones, que ahora pueden utilizarse en largas distancias sin ningún inconveniente.

Por otro lado, a medida que los camiones de gas han ido ganando potencia, los conductores han ido convenciéndose de que las prestaciones de estas unidades son prácticamente equiparables a las de cualquier vehículo diésel, e incluso aportando un menor nivel de ruido y menos vibraciones, con lo que las quejas iniciales por falta de potencia han ido desapareciendo a medida que se igualaban la conducción de unos modelos y de otros, aunque aún persistan leves diferencias que se traducen en leves incrementos de los tiempos de viaje.

[sumario]El incremento de potencia experimentado en los camiones de gas natural en los últimos tiempos ha mejorado la percepción que tienen los conductores profesionales de esta tecnología.[/sumario]

Al tiempo, los repostajes han pasado con el uso y las mejoras tecnológicas introducidas de ser procesos engorrosos a ser más ágiles, mientras que se han ido haciendo cada vez más patentes las ventajas que aporta el gas en cuanto a un mejor mantenimiento y ampliación de la vida útil de algunas de las piezas vitales de los motores.

El gas, para todas las distancias

Cadena de Suministro ha contactado con diversos transportistas españoles que utilizan vehículos de gas dedicados a muy diversos segmentos de transporte.

El gas se muestra así como un combustible versátil, apto tanto para largas distancias como para el transporte de rango medio y la distribución urbana de mercancías, terreno en el que, además, ofrece un plus como energía limpia, lo que le garantiza el acceso a áreas de bajas emisiones en las que poco a poco se irá acotando la entrada de los vehículos diésel más contaminantes, con el paso del tiempo.

En el meollo, los costes

Uno de los elementos más destacados a la hora de incorporar camiones alimentados por gas es el menor coste del combustible, lo que se traduce en un mejor margen comercial, algo de vital importancia en un sector muy atomizado y competitivo.

A este factor se añade la mayor estabilidad de los precios del gas, frente a las oscilaciones que vive el gasóleo. Esta circunstancia permite hacer previsiones más ajustadas a la realidad a la hora de ajustar los costes, los precios y los márgenes de los servicios en contratos de medio y largo plazo.

Camion de gas natural de Primark Los camiones de gas ya constituyen un 11% de la flota de Beconsa.

Sin embargo, la adquisición de unidades de gas supone una mayor inversión que en la compra de camiones diésel, lo que, a su vez, amplía los plazos de amortización y del retorno de la inversión. Sin embargo, a medida que se van incorporando nuevos modelos al mercado y las matriculaciones de estos vehículos crecen, es de esperar que los precios de las unidades se reduzcan.

Por otra parte, la diferencia en el retorno de la inversión entre el gas y el diésel se amortigua a medida que se hacen más kilómetros, de tal modo que los costes de inversión se igualan a partir de los 120.000 kilómetros al año e, incluso superada dicha cifra, empiezan a ser favorables al gas con respecto al diésel.

Así mismo, las mejoras que aporta el gas en cuanto a mantenimiento se traducen en un alargamiento de la vida útil de los equipos, así como en menores tiempos de paralización en taller.

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