Frente común en Europa para rebajar la dureza de la normativa Euro 7

Ocho países de la Unión Europea han unido fuerzas para forzar que la normativa de emisiones que debe entrar en vigor el 1 de julio de 2025 sea menos restrictiva.

17/03/2023 a las 18:58 h

Alemania, Italia, República Checa, Polonia, Portugal, Rumania, Hungría y Eslovaquia han evaluado formar un frente común para pedir que la versión definitiva de la normativa de emisiones Euro 7 sea más distendida que lo previsto en un principio.

Los representantes de los países mencionados se reunieron en Estrasburgo para acordar una alianza que sirva para presionar a la Comisión Europea, con el objetivo de conseguir una propuesta vinculante sobre la exención de los combustibles sintéticos de la prohibición de vender coches diésel y gasolina a partir de 2035.

Estos ocho países sostienen que, de aplicarse en los términos actuales, la normativa Euro 7 implicaría un elevado desembolso económico al que tendrán que hacer frente los fabricantes de automóviles.

En este sentido, la Unión Europea siempre ha defendido que los beneficios para la salud pública compensarán los costes derivados de la normativa, algo que es puesto en duda las mencionadas naciones.

Condiciones realistas y alcanzables

Por ello, en un contexto donde la mayoría de las inversiones se centran en la electrificación, estarían buscando que las condiciones impuestas por la norma Euro 7 sean realistas y alcanzables, empezando por un período mayor al establecido por la propuesta actual.

También desde la industria se ha criticado la premura de esta normativa. De hecho, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles ha recalcado que el calendario provisional se aleja bastante de ser realista.

Por otro lado, indican desde Faconauto, el nuevo estándar planteado beneficiaría principalmente a las marcas chinas, que están irrumpiendo en el mercado europeo con modelos 100% eléctricos. Además, se forzaría a que los fabricantes europeos desvíen gran parte de sus inversiones en I+D a la movilidad eléctrica.

También en este sentido, Alemania, respaldada por otros países como Italia y República Checa, ha exigido garantías de que los automóviles con motores de combustión interna se podrán vender después de 2035, en caso de que funcionen con combustibles neutros en CO2.

 

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